En muchas ocasiones necesitan nuestra ayuda para pequeñas cosas cotidianas, como alcanzar algo de un estante que aún está alto para ellos, comprender alguna tarea escolar, pedir autorización para algo. Es importante que a tu pequeño le quede claro que cuenta contigo, que no te molesta si te pide su ayuda. Esto lo afianzará en su independencia y en reconocer sus propios límites.
Hacer que transformen sus deseos en palabras
Cuando aún son pequeños, nuestros hijos intentan convencernos para conseguir lo que quieren lloriqueando, lo que muchas veces complica que podamos entenderlos. Ayúdalo a que transforme ese "lenguaje tan especial" que es el lloriqueo en palabras. Explícale que la única manera en que puedes ayudarlo es si entiendes lo que desea. Y que, incluso, aún cuando pueda vocalizar sus deseos, debe saber que no siempre obtendrá lo que desea.
Enseñarles a poner límites
Nuestros niños necesitan aprender a usar su voz firme ante cualquier situación que los pueda hacer sentir incómodos o avasallados como, por ejemplo, si alguien intenta tocarlos en sus partes privadas. Y es realmente bueno que puedas hablar de este tema con él, que le enseñés a decir que "nadie puede tocarme allí, porque no corresponde"; que sepa que su cuerpo es sagrado y que debe respetarlo y hacerlo respetar, y que no debe sentirse mal si la persona que ha intentado tocarlo se enoja.
No hablar por tu hijo
Este es un error muy común en nosotros, los padres. Ya sea por impaciencia o porque creemos que nuestro hijo no podrá responder, porque lo consideramos tímidos, frente a alguna pregunta de una persona, optamos por contestar por él. De esta manera, indirectamente, le estamos haciendo sentir que su voz no es importante y que es mejor si no piensa por sí mismo. Nada más lejos de los deseos de cualquier padre, por eso, confía en que tu hijo querrá y podrá contestar las preguntas de cualquier persona.
Enseñarles a expresar sus emociones
Hay que demostrarles a nuestros pequeños que sus emociones son tan importantes, o más, en mi caso por lo menos, para nosotros como su rendimiento escolar. Es importante que sepan que deben comunicar sus sentimientos y para que aprendan esto nada mejor que tú lo lleves a la práctica. Si exteriorizas tus sentimientos, abrirás el portal para que ellos también lo hagan.
Las emociones son parte esencial de la vida; el sentirnos frustrados, alegres, tristes, impacientes, eufóricos y poder reconocerlo y manifestarlo nos hace vulnerables y cuando nos volvemos vulnerables, nos conectamos mejor con los otros y con el Universo.
Mi hija más pequeña, muchas veces empieza a decir algo y lo deja por la mitad, sobretodo cuando observa que estoy ocupada con alguna tarea. Entonces, le insisto para que termine con la idea. Cuando le pregunto por qué no termina de hablar, me dice, "porque pensé que me ibas a decir que no". A lo que yo le respondo que es importante que no piense por el otro, que se arriesgue a escuchar lo que el otro tiene para decirle o contestar, aunque no sea la respuesta que ella espera.
Comparte con nosotros tu propia experiencia en ese difícil desafío de enseñar a nuestros hijos a hablar de sus emociones.
Fuente: Entre Padres
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