El diálogo en familia permite intercambiar ideas, opiniones y escuchar las razones del otro. También, admite que no se posee toda la verdad y que no todos piensan lo mismo.
A través del diálogo, padres e hijos se conocen mejor, conocen sobre todo sus respectivas opiniones y su capacidad de verbalizar sentimientos.
El diálogo facilita acuerdos prácticos, elaboración conjunta de normas y proyectos, mejorar las relaciones de la familia, obtener mejores resultados en el trabajo común, evitar muchos malentendidos y conflictos y a resolver los problemas surgidos.
Dialogar es la solución para tener una familia bien constituida y cimentada en la palabra, pero la falta de dialogo o de comunicación en el hogar puede poner en riesgo su estabilidad. Por ejemplo, cuando un carro funciona sin aceite se funde, cuando en una familia no hay dialogo también se funde.
Los padres deben tener un dialogo muy fluido con sus hijos, donde cada palabra será para estimularlo, dar cariño, instruir con amor y darle confianza.
Todos en una familia deben expresar lo que sienten. La mayoría de los desacuerdos tiene que ver con malos entendidos.
Para mejorar la comunicación son esenciales la voluntad, el interés, y la disponibilidad por parte de sus miembros. Además, para que sea posible fomentar la capacidad de diálogo, las personas deben poseer un nivel suficiente de confianza en sí mismas (autoestima); también tener un nivel mínimo de confianza en los demás; de lo contrario les será imposible escuchar, valorar sus ideas y puntos de vista y admitir parte de la verdad que contienen
Si lo que se quiere es una familia unida, la mejor vía, el más acertado camino, es por la comunicación.
Nunca está de más recordar que el principio de toda relación es una buena comunicación.
Carolina Méndez
Publicar un comentario