Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: Las #donaciones de #vacunas no son la solución y te explicamos por qué
Author: Jose Luis Duarte
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Recientemente, tomamos la difícil decisión de rechazar la donación que Pfizer nos ofrecía de un importante volumen de dosis de la vacuna co...
Recientemente, tomamos la difícil decisión de rechazar la donación que Pfizer nos ofrecía de un importante volumen de dosis de la vacuna contra la neumonía. No fue una decisión tomada a la ligera ya que nuestros equipos presencian todos los días el impacto de esta enfermedad en los más pequeños.


La neumonía es la principal causa infecciosa de mortalidad infantil en el mundo: cada año, mata a casi un millón de niños. Y sin embargo, es una enfermedad que puede prevenirse mediante una vacuna, la vacuna neumocócica conjugada (VCN), que solo fabrican dos farmacéuticas: Pfizer y GlaxoSmithKline (GSK).

Queremos explicarte por qué hemos rechazado esta donación y por qué pensamos que las donaciones en realidad no son una solución al problema de acceso a medicamentos esenciales en el mundo.

1. ¿Qué dicen GSK y Pfizer?

Tradicionalmente, la VCN ha tenido un precio prohibitivo que limitaba su uso por parte de países en desarrollo y organizaciones humanitarias. El pasado septiembre, GSK anunció su decisión de reducir tal precio para las organizaciones humanitarias: esto permitirá que Médicos Sin Fronteras y otros actores humanitarios puedan comprarla al precio mundial más bajo, si bien esta oferta solo se aplica a vacunaciones que vayan a desarrollarse en situaciones de emergencia. Por su parte, Pfizer se ha negado a actuar en el mismo sentido, y a cambio ha ofrecido programas de donación de la vacuna.

2. ¿Donación significa ‘gratis’?

Puede que las donaciones parezcan una solución rápida, pero en realidad tienen un precio: son donaciones condicionadas y además pueden minar los esfuerzos a largo plazo que intentan construir un mercado de precios asequibles para las vacunas y los medicamentos. Por estos motivos, la Organización Mundial de la Salud (OMS), otras organizaciones que gestionan o financian programas de salud (como Unicef o la Alianza de las Vacunas GAVI) y la comunidad humanitaria en general, tienen políticas claras sobre las donaciones de las farmacéuticas. Por ejemplo, la OMS, Unicef y GAVI han publicado declaraciones que definen las áreas concretas en las que una donación puede ser tenida en consideración y ofrecen así una guía a los Gobiernos que estén valorando tal opción.

3. ¿Qué dice la OMS?

En 2010, tras consultar a 11 de las principales agencias internacionales que trabajan activamente en ayuda humanitaria y ayuda al desarrollo, la OMS revisó sus protocolos y publicó la tercera edición de sus Directrices para las donaciones de medicamentos, que señalan que:

“A menudo no se aprecia en toda su importancia el impacto negativo que las donaciones pueden tener sobre el acceso sostenible a medicamentos, sobre todo en el caso de medicamentos caros para los que hay pocas alternativas. Las donaciones de estos productos pueden influir en el mercado y acabar con la competencia. La donación puede suprimir o retrasar considerablemente la importación de alternativas más baratas, que serán importantes una vez concluya el programa de donación y el suministro regular tenga que ser financiado por los presupuestos de la sanidad pública”.

4. ¿Qué efectos negativos tienen las donaciones?

Son siete las razones concretas por las que creemos que las donaciones no son una solución:
  1. Las vacunas pueden llegar demasiado tarde. Las negociaciones para cerrar un acuerdo de donación pueden ser complicadas y largas, porque a menudo las partes no llegan a la mesa de negociación con los mismos objetivos y condiciones. Y los retrasos se traducen en vidas humanas perdidas.
  2. Son acuerdos con condiciones. Con frecuencia, el donante solicita al receptor que coopere de alguna manera o aporte garantías de algún tipo (por ejemplo, de refuerzo de la patente, de que las vacunas solo se usarán con unas poblaciones específicas o de que no serán destinadas a otro uso o reexportadas). Las exigencias de los donantes no suelen ser transparentes, ni siquiera públicas, por lo que evaluar cuidadosamente la oferta resulta difícil.
  3. Pueden tener un impacto negativo en la competencia. Las donaciones pueden debilitar significativamente la competencia o directamente sacar del mercado a los fabricantes de genéricos, ya que dejan de tener incentivos si la competencia regala su producto.
  4. Las soluciones aparentes sustituyen a las soluciones reales. Las donaciones son soluciones en falso, que pueden distraer la atención política (en los países afectados y en la ONU) e impedir la búsqueda de una solución real y sostenible. La consecuencia es que el problema mundial de acceso a medicamentos vitales puede dejar de verse como un problema, dando de paso tiempo al donante para seguir aplazando sine die un compromiso de verdadera utilidad.
  5. Aportan una falsa pátina de reputación corporativa. Las donaciones se utilizan como una muestra de responsabilidad social de la empresa, cuando, paradójicamente, se deben justo a lo contrario: a la falta de compromiso de esa empresa con el acceso sostenible a los medicamentos vitales.
  6. Generan exenciones de impuestos que a su vez generan donaciones. Aunque son difíciles de evaluar, las donaciones también proveen cuantiosas exenciones de impuestos para las empresas, lo que se convierte en un poderoso incentivo para seguir regalando en lugar de bajar los precios.
  7. Despojan a los Gobiernos de su capacidad de protección de la salud pública o la socavan. Las donaciones a menudo son usadas por quienes las hacen para controlar las decisiones gubernamentales sobre salud pública. Sin medicamentos y vacunas asequibles, los Gobiernos no pueden desarrollar programas e iniciativas sostenibles y se enfrentarán a difíciles dilemas sobre sus escasos presupuestos.
5. ¿Ha habido donaciones de la VCN?

En MSF hemos vivido de primera mano los efectos de las donaciones de vacunas. En 2014, tras cinco años de infructuosas negociaciones con Pfizer y GSK, y en una decisión sin precedentes para nuestra organización, aceptamos una donación de vacunas neumocócicas de Pfizer y GSK, con la condición de que cumplieran una serie de requisitos, como contar con una cantidad mínima de dosis y que los acuerdos de donación fueran plurianuales. Ya a partir de marzo de 2014, negociamos por separado con ambas compañías para definir las condiciones de cada donación, y firmamos los acuerdos en septiembre con GSK y en diciembre con Pfizer.

El acuerdo con Pfizer cubría 450.000 dosis(1) de VCN13 para el periodo 2015-2016; la cuantía de la donación de VCN10 de GSK para 2014-2016 se mantuvo en secreto a petición de la empresa. Hemos utilizado estas donaciones, entre otros, en nuestros programas en República Centroafricana, República Democrática del Congo, Haití, Mali, Níger y Zimbabue.

Durante las negociaciones de 2014, que se prolongaron entre marzo y diciembre, Pfizer y GSK se comprometieron con MSF a trabajar en soluciones a más largo plazo para asegurar un suministro sostenible de vacunas a precios asequibles para los niños afectados por crisis humanitarias o que viven en países en desarrollo. Este compromiso fue crítico a la hora de que aceptáramos la donación. Para abril de 2016, ya habíamos agotado la de Pfizer sin tener a la vista ninguna solución a largo plazo de la empresa.

El 19 de septiembre de 2016, GSK anunció que ofrecería su producto a las organizaciones humanitarias al precio mundial más bajo disponible, un paso importante hacia una solución sostenible para la comunidad humanitaria. Por el contrario, Pfizer no ha anunciado ninguna solución permanente para que la comunidad humanitaria pueda acceder a su vacuna; en lugar de ello, esta farmacéutica está ofreciendo donaciones fragmentadas a varias organizaciones.

No creemos que estas donaciones sean necesarias: estamos dispuestos a pagar a Pfizer el mismo precio que le está cobrando a GAVI. Nuestros programas, como tampoco los de otras organizaciones humanitarias, no pueden depender de la discrecionalidad de una farmacéutica y de un gesto ‘de buena voluntad’ que puede desaparecer en cualquier momento, por ejemplo en plena emergencia. Por eso, creemos que Pfizer debe reducir el precio de su vacuna para las organizaciones humanitarias y para los países en desarrollo, y dejar la capacidad de decisión en manos de actores humanitarios como MSF, una organización que lleva más de 40 años proporcionando servicios médicos en emergencias.

6. ¿Por qué rechazamos una segunda donación de la vacuna?

En el caso concreto de la vacuna contra la neumonía, tenemos cuatro razones para rechazar una segunda donación:
  1. No hay problemas de suministro. A diferencia de otros productos médicos, no existe escasez de esta vacuna. Además, su producción corre a cargo de dos de las mayores farmacéuticas del mundo. No hay necesidad de limitar su uso.
  2. No es una enfermedad olvidada. La neumonía y las infecciones respiratorias son algunas de las enfermedades más comunes en niños menores de 5 años. El mercado para esta vacuna es enorme porque hay una gran necesidad de ella. Una donación de VCN no entra dentro de las mismas excepciones que los medicamentos para enfermedades tropicales olvidadas.
  3. La voluntad de negociar precios es insuficiente. Pfizer y GSK han hecho muy poco por reducir el precio de sus vacunas. Durante los últimos siete años, han reducido el precio mundial más bajo disponible solo en un 10% y solo para GAVI. Dado que GAVI solo cubre a los países más pobres del mundo, otros como Jordania o Tailandia no pueden usarla porque no se la pueden permitir.
  4. Enviaría el mensaje equivocado a la industria. Aceptar otra donación no alentaría a Pfizer a buscar una solución a largo plazo y emitiría el mensaje erróneo de que son las empresas las que deciden qué personas merecen acceso a medicamentos y tratamientos vitales y cuáles no.
[1] Según el acuerdo con Pfizer, la cantidad donada era confidencial, pero el 28 de abril de 2016, con motivo de la Junta de Accionistas, el presidente de la farmacéutica, Ian Read, hizo público el volumen de dosis donadas.

Comunicado firmado por MSF

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