Ser Madre puede ser un gran desafío, especialmente porque cada niño es una individualidad y no existen libros o manuales por los cuales guiarse a la hora de educarlos. De cualquier manera hay patrones que definen el tipo de madre que eres con tu hijo. Te propongo ver las características de cada uno de ellos para que puedas encontrar el tuyo.
Tipos de madres
Madre tradicional
Las madres tradicionales suelen ser amorosas y cálidas. Tienen un espíritu protector y de crianza y se esmeran por buscar la perfección en cada paso que dan. Son dedicadas y siempre ponen a sus hijos por encima de todo.
La imagen de estas mamás es en la cocina, sonrientes, con un delantal, horneando panes y dulces. Cuando los chicos regresan del colegio, ellas los esperan con su merienda lista y el baño preparado.
La ventaja de este tipo de madre para los niños es que los ponen en el centro de la atención y estos se sienten amados incondicionalmente.
Madre amiga
La madre amiga considera que no debe haber distancias entre ella y su hijo. Así que relaja la relación y se suma a los gustos del niño. Por lo general, los hijos suelen ver a este tipo de madre como una hermana, más que como la madre convencional.
La ventaja en este caso estaría en que la madre es capaz de aceptar a su hijo con sus virtudes y defectos, como un igual. El niño se siente comprendido y no busca ser el centro de atención.
Madre libre
Una madre libre quiere ser independiente, por tanto desea lo mismo para su hijo. Lo anima a pensar por sí mismo y a tomar decisiones. Defiende el principio de que una buena madre es aquella que les da libertad e independencia a sus hijos.
La ganancia en este caso es que la madre le da espacio al hijo para desarrollar su personalidad y hacer su propia vida. Lo estimula a luchar por las cosas de la vida, a lograr sus metas, a ser un individuo auto-determinado y a sentirse un ser humano que puede fallar.
Madre “espía”
Cuando los hijos van creciendo algunas madres se convierten en madres “espías” al no poder seguir controlando sus destinos de igual forma. Ya son demasiado grandes para castigarlos o sentarlos en una esquina, así que buscan otros métodos más sutiles para influir sobre ellos. No suelen hablar directamente, sino que en la propia relación buscan el modo discreto de cuidar de los hijos a partir de sus criterios.
En este caso la ventaja radicaría en que la madre, más sabia por ley de vida, estaría implicada en la vida del hijo y lo protegería. Por otra parte, la madre “espía” puede verse en un conflicto entre estar siempre presente y dejarle tomar sus propias decisiones.
Madre completa
La madre completa puede definirse como la perfecta. Son esas madres de hogares armoniosos donde las cosas funcionan equilibradamente. Cometen errores y los aceptan, aprendiendo a la vez de las cosas buenas de los hijos. Tratan siempre de mejorar y de comprender a los demás.
Este tipo de madre respeta a sus hijos y actúa amistosamente con ellos, mas no deja de hacerse respetar y los niños la obedecen. La ganancia de este tipo de madre es que los hijos la quieren mucho y se sienten orgullosos de ella.
Esta es una tipología de las madres en relación con sus hijos. Ninguna es mala ni buena, son simplemente modos diferentes de ser y compartir. Depende las personalidades y de la educación recibida. Lo importante es que haya amor y que se logre flexibilizar la relación en función de comunicarse mejor.
Ahora pregúntate: ¿cuál tipo de madre eres con tus hijos?
Fuente: Entre Padres
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