Si a últimas fechas las relaciones con tu hijo o hijos, no han sido tan armoniosas como quisieras, haz pequeños cambios de actitud
Disfrutar de los niños es parte fundamental de la tarea de ser mamá. Sin embargo, a veces estamos tan llenas de presiones y obligaciones, que no nos damos tiempo para hacerlo. Lo terrible del asunto es que en esos casos es fácil que surjan fricciones frecuentes con los hijos y que eso haga todavía más difícil ser una mamá alegre y satisfecha.
Selecciona actividades que todos disfruten.
No impongas a tus hijos tus gustos y aficiones, ni cedas siempre a los que ellos prefieran. Trata de buscar actividades que sean del gusto de todos, o haz convenios para alternar las que gustan a unos con las que gustan a otros.
Compartan sus juegos favoritos.
Trata de combinar los juegos de mesa que tú y tu esposo prefieren con los que deseen los niños. Todos pueden aprender algo de los juegos que otros practican y disfrutar juntos.
Haz "citas" con tus hijos.
Cada domingo por la noche, revisa tu agenda y busca periodos libres que puedas compartir con alguno de tus hijos. Haz el compromiso con él o ella de ir al cine, a tomar un helado o visitar un museo. Si el tiempo no te alcanza, haz una sola cita con todos, pero dando la misma atención a cada uno de ellos, sin importar su edad.
No conviertas las tareas escolares en conflicto.
De acuerdo con tu hijo, y respetando en lo posible las opiniones de él, establezcan de común acuerdo los horarios y lugares para hacer la tarea, e insiste en que se respeten, por el bien de todos.
Aprende a pedir y aceptar ayuda de tus hijos.
Por supuesto que puedes hacer mejor y más rápido las cosas que ellos, pero vale la pena cerrar los ojos ante sus pequeñas torpezas, para lograr que los niños se sientan útiles y aprendan a cumplir responsabilidades, de acuerdo con su edad. Además, es importante que aprendas a pedir sólo cosas que los niños puedan hacer y a no exigir que las hagan a la perfección.
Sal siempre que puedas de la rutina.
Deja de hacer tareas que realmente no son importantes, y de cumplir compromisos no prioritarios, para dar a tus hijos más de tu tiempo. Las madres están con frecuencia tan hundidas en sus rutinas, que se olvidan de dar a sus hijos la atención que necesitan.
Combate los pleitos entre hermanos.
Enseña a tus hijos a dialogar, a negociar, a ser generosos con sus hermanos y a resolver con tranquilidad sus diferencias. No es una tarea fácil, pero es muy importante evitar que el pelear por todo se convierta en un hábito de tus hijos y en el ambiente normal de la familia.
Date tiempo para descansar de la maternidad.
Tómate cuando menos 20 minutos diarios para ti misma, para hacer las cosas que te gustan, sin pensar en tus obligaciones de madre. Si organizas bien tu tiempo, tal vez puedas disfrutar hasta de un par de horas, para ti y tu pareja, una vez que los niños se hayan dormido.
Nutre tu matrimonio.
Entre más feliz es una mujer en su matrimonio, mayor es su capacidad para ser buena madre. Trata de dar tiempo y atención a tu esposo, sin la compañía de tus hijos. Este tiempo de pareja terminará por beneficiar a los niños mucho más que el tiempo que se les dedique íntegro a ellos, sacrificando la relación con su cónyuge.
Cultiva la amistad con otras mamás.
Busca actividades que puedas compartir con otras mamás de edad similar a la suya, con hijos de la edad de los suyos. Es fácil encontrarlas entre las madres de los compañeros de tus hijos. Trata de que tu familia se relacione con familias parecidas. Todos se divierten más si a los paseos van tanto adultos como niños, de edades e intereses similares.
Desconozco a su autor
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