El brutal ataque contra creyentes que estaban en el Centro Cultural Islámico de Quebec el 29 de enero de 2017 reaviva el temor ante la creciente intolerancia contra musulmanes, señaló hoy Human Rights Watch. El atentado ocurrió durante la oración vespertina en una mezquita y centro cultural de la ciudad de Quebec, y dejó un saldo de seis hombres muertos y 19 heridos.
“Expresamos nuestra más sincera solidaridad a los familiares de las víctimas y a toda la comunidad musulmana en Quebec, entre quienes se ha instalado el temor y la ansiedad a causa de esta agresión armada”, manifestó Farida Deif, directora para Canadá de Human Rights Watch.
El primer ministro canadiense Justin Trudeau repudió el ataque armado y señaló que las víctimas eran un “grupo de inocentes agredidos por profesar su fe”. En los últimos años, también se han denunciado en la provincia diversos ataques contra mezquitas, que incluyen actos de vandalismo, grafitis con mensajes de odio y haber estropeado el exterior de un edificio con sangre animal. En junio de 2016, una cabeza de cerdo con el mensaje “buen provecho” (bon appétit) fue dejada en la entrada del mismo Centro Cultural Islámico donde ayer se produjo el ataque armado. Estos incidentes han sido investigados por los servicios de policía municipal y provincial competentes.
El ataque letal del domingo alerta sobre la potencial amenaza que supone el extremismo violento en Quebec y el resto de Canadá. En diversos medios se informó que el presunto agresor sería un estudiante universitario con tendencias políticas de extrema derecha. Un estudio de 2016 sobre el crecimiento del extremismo de derecha en Canadá concluyó que de los 100 grupos de este tipo que se estima que hay en Canadá, entre 20 y 25 están en Quebec, y esto representa la cifra más elevada de todas las provincias. Según estadísticas gubernamentales, la cantidad de delitos de odio contra musulmanes denunciados a la policía en Canadá aumentó en más del doble entre 2012 y 2014.
“Este fatal ataque contra un lugar de culto de una minoría religiosa muestra que, aunque el gobierno de Canadá ha adoptado una firme posición pública contra la xenofobia, todavía hay una necesidad concreta de hacer frente a los prejuicios y a la amenaza cada vez más real que estos implican”, destacó Deif.
Comunicado firmado por Human Rights Watch
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