El Programa Mundial de Alimentos (PMA) expresó preocupación por la precariedad extrema que padecen 750.000 personas en el oeste de la ciudad de Mosul, en Iraq.
A pesar de la limitada información con que cuenta, el PMA consideró que el acceso de esas personas a los víveres es muy complicado o inexistente, según las fuentes consultadas, y advirtió que la escalada de los enfrentamientos les dificulta salir de sus hogares.
La portavoz del PMA en El Cairo, Dina El-Kassaby, explicó que vigilan las líneas del frente y proporcionan apoyo alimentario a las familias que consiguen llegar a zonas seguras como los campamentos de Hamam Al Alil o Haj Ali.
"Les damos comida preparada tan pronto llegan a estos puntos. Las raciones incluyen frijoles o carne enlatada, productos que no necesitan ser cocinados. Hasta el momento hemos ayudamos a 6.000 personas", dijo El-Kassaby.
Por su parte, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) presta asistencia jurídica a más de 2.500 iraquíes desplazados como resultado de la ofensiva del ejército para recuperar el control de Mosul de manos del ISIS.
ACNUR les proporciona nuevas tarjetas de identidad y otros documentos perdidos, dañados o destruidos mientras huían de sus hogares.
Con información del Centro de Noticias de la ONU
Foto: ACNUR/Ivor Prickett |
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