Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: El círculo de la #felicidad
Author: Jose Luis Duarte
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Me encantan las historias y los cuentos que me inspiran, que reafirman mis creencias, que me recuerdan lo que ya sé y que todavía necesit...
Me encantan las historias y los cuentos que me inspiran, que reafirman mis creencias, que me recuerdan lo que ya sé y que todavía necesito poner en práctica para reflejar la mejor parte de mí al mundo...

A veces lo único que necesitamos para salir a la vida con una actitud y un comportamiento diferentes es poder reflejar a través de ellos nuestros mejores sentimientos, deseos e intenciones.

Imagínate por unos minutos que cada una de las personas que forman parte de tu entorno personal no siente envidia, celos, egoísmo o temor de compartir lo mejor de sí mismo contigo, y que, por supuesto, tú sientes de la misma manera que ellos... ¿Cómo sería la relación y el intercambio entre ustedes?, ¿por qué no podemos convivir de esa manera?, ¿qué nos impide hacerlo realmente?

Nosotros podemos transformar algunos de esos sentimientos negativos tomando la decisión de actuar impulsados por el amor incondicional, aunque esto signifique enfrentarnos con algunos de nuestros prejuicios y creencias en algún momento de ese proceso. Podemos cambiar nuestra actitud para volvernos más conscientes, respetuosos, atentos y generosos, con la sola intención de compartir y aportar, de participar en la transformación de nuestro mundo, con el deseo de sembrar confianza y esperanza a nuestro alrededor.

Yo sé que inmediatamente surgen dudas dentro de ti: "Deberían cambiar los demás primero", "por qué siempre yo"; "los demás se van a aprovechar de mí"...

Pero recuerda, tu dinámica es con la vida, que es la que te devuelve lo que entregas, lo que dices, lo que haces, tengas una buena razón o no para hacerlo.

Comencemos por poner orden en nuestros afectos y luego recuperemos la paz que se encuentra en nuestro interior, para proyectarla hacia el mundo a través de nuestros pensamientos, sentimientos, comentarios, actitudes y comportamientos.

Deja de esperar y comienza a dar, para que sea la vida la que encuentre los instrumentos idóneos para devolvértelo en el momento justo. Muéstrate dispuesto a compartir a través de una palabra, un gesto, un detalle o una acción generosa y desinteresada dirigida a suavizar la vida de otra persona.

Maytte Sepulveda

PRINCIPIO Y FIN
Esta semana también quiero compartir con ustedes esta historia...
"Cierto día un campesino tocó a la puerta de un convento. Cuando el portero abrió, aquel le extendió un magnífico racimo de uvas.
'Querido hermano portero, estas son las más bonitas producidas por mi viñedo. Y vengo aquí para regalarlas'.
'¡Gracias! Las llevaré inmediatamente al abad, que se alegrará con este ofrecimiento'.
'¡No! Yo las he traído para ti'.
'¿Para mí?'.
El hermano se sonrojó porque consideraba que no merecía tan bello presente de la naturaleza.
'¡Sí! insistió el campesino , porque siempre que golpeé esta puerta tú me abriste. Cuando necesité ayuda por haber perdido mi cosecha, tú me dabas todos los días un pedazo de pan y un vaso de vino'.
El hermano portero colocó el racimo frente a él y pasó la mañana entera admirándolo: era realmente precioso y por eso resolvió entregar el regalo al abad, que siempre lo había estimulado con palabras de sabiduría. El abad se puso muy contento con las uvas, pero se acordó de que había en el convento un hermano enfermo y pensó: 'Le daré el racimo. Quizá aporte alguna alegría a su vida'.
Y así lo hizo. Pero las uvas no permanecieron mucho tiempo en la habitación del hermano enfermo, porque este reflexionó: 'El hermano cocinero ha cuidado de mí durante tanto tiempo, alimentándome con lo mejor que tenía. Estoy seguro de que se alegrará con esto'.
Cuando el hermano cocinero trajo la comida a la hora del almuerzo, le entregó las uvas.
'Son para ti dijo el hermano enfermo. Como siempre estás en contacto con los productos que la naturaleza nos ofrece, sabrás qué hacer con esta obra de Dios'.
El hermano cocinero quedó deslumbrado con la belleza del racimo. Tan perfectas pensó él que nadie mejor que el hermano sacristán para apreciarlas; como él era el responsable de la custodia del Santísimo Sacramento, y lo consideraban un hombre santo.
El sacristán, a su vez, obsequió las uvas al novicio, para que pudiera entender que la obra de Dios está en los menores detalles de la creación. Cuando el novicio las recibió, su corazón se inundó de la gloria del Señor, porque nunca había visto un racimo tan lindo. En ese momento se acordó de la persona que le había abierto la puerta: había sido ese gesto el que le había permitido estar hoy en aquella comunidad de personas que sabían valorar los milagros.
Así, poco antes de caer la noche, llevó el racimo de uvas al hermano portero.
'Come y aprovecha le dijo , porque pasas la mayor parte del tiempo aquí solo y estas uvas te harán muy feliz'.
El hermano portero comprendió finalmente que aquel presente le había sido realmente destinado, saboreó cada una de las uvas de aquel racimo y durmió feliz".
De esta manera, quedó cerrado el círculo: el círculo de felicidad y alegría que siempre se extiende en torno a las personas generosas.

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