Seguramente habías oído hablar del síndrome de Peter Pan, tal vez, muchos os habréis preguntado si en contraposición existe el síndrome de Wendy. Te planteo el siguiente ejercicio y obtendrás la respuesta: Cierra los ojos y vuelve al país de Nunca Jamás. Wendy es la niña que cuida a los personajes del cuento en el mundo de fantasía, que es capaz de hacer aquello a lo que Peter Pan no se atreve, que asume sus riesgos, sus responsabilidades, etcétera, pero que siempre permanece en segundo plano. Peter Pan, es el protagonista que triunfa gracias a los esfuerzos de Wendy. Abre los ojos y vuelve a la vida real ¿te suena? Seguro que si no eres tú misma, alguna Wendy se te ha venido a la cabeza. No es un personaje de cuento de hadas, Wendy existe de verdad y es un problema que requiere que actúes para solucionarlo.
Perfil de afectada por el síndrome de Wendy
El síndrome de Wendy se refiere a la necesidad de satisfacer y colmar de deseos a otra persona, que comúnmente suele ser la pareja o los hijos. Las influencias culturales hacen que sean las mujeres las que tienen una mayor probabilidad de padecer este problema.
Si bien este síndrome no tiene entidad clínica en los principales manuales diagnósticos, lo cierto es que existe una serie de características definitorias del mismo y que nos pueden ayudar a definir el perfil de una persona afectada por el síndrome de Wendy:
*Persona a la que el perfeccionismo le lleva a sentirse culpable cuando algo sale mal, especialmente en lo que respecta a satisfacer a otros.
*Se siente imprescindible; es ella quien debe encargarse de hacer las cosas.
*Su idea de amor es igual a la de sacrificio. Se resigna al malestar, al cansancio y al resto de consecuencias negativas que trae consigo el desgaste debido al cuidado de otra persona.
*Asume las responsabilidades y tareas de su Peter Pan, por lo que, en caso de no serlo, asume el papel de madre de su pareja.
*Evita los conflictos e intenta hacer feliz a la otra persona dejando a un lado su propia felicidad.
*Se disculpa o se siente culpable por las cosas que no le han sido posible hacer.
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