La discriminación contra las mujeres existió en el pasado, existe en el presente y, si entre todos no hacemos un gran esfuerzo, existirá en el futuro. Y eso querrá decir que nuestros hijos adolescentes, chicas y chicos, van a sufrirla. Y es que aunque sean las mujeres las discriminadas y sean ellas indiscutiblemente la que se llevan la peor parte, también es algo que les afecta a los varones porque serán sus compañeras, sus amigas, sus esposas y sus hijas las que van a ser discriminadas. Y, por encima de todo, una sociedad que discrimina y que no es igualitaria es una sociedad peor.
Qué es el género
Cuando se habla de discriminación hacia las mujeres se le llama discriminación de género. Para entender qué eso eso y para ver que es posible cambiar las cosas, es bueno definirlas.
Utilizamos la palabra "sexo" para referirnos a las diferencias biológicas entre varones y hembras.
Pero usamos la palabra "género" para hacer referencia a las funciones que la sociedad atribuye a cada uno de los sexos. Es decir a lo que llamamos "género" es a los papeles que las distintas sociedades o culturas otorgan a cada uno de los sexos. Y eso quiere decir que las diferencias de género no son el resultado de unas diferencias biológicas sino el resultado de como cada sociedad quiere vivir esas diferencias. Como es lógico el concepto de género ha ido cambiando a lo largo de la historia. Y también en el mismo momento histórico, distintas culturas ofrecen papeles distintos para cada uno de los sexos.
Eso quiere decir también que esos papeles se pueden cambiar si la sociedad así lo decide. Y esto último es una buenísima noticia porque nos dice que podemos mejorar nuestra sociedad y combatir la discriminación que sufren las niñas y las mujeres. Podemos trabajar para construir una sociedad más igualitaria.
Ese trabajo debe comenzar con la educación de los niños y las niñas. Y el momento crucial, aquel en el que la discriminación empieza a hacerse más fuerte es durante la adolescencia. Y ahí, con los adolescentes, es cuando todos debemos intervenir.
En todo el mundo las mujeres son discriminadas en multitud de cuestiones pero las más frecuentes son:
- Ellas tienen menos acceso a la educación. Desde la escuela maternal a la universidad, las mujeres tienen mucho más difícil que los varones conseguir una educación reglada.
- Ellas tienen más posibilidades de padecer violencia sexual.Y eso ocurre en todos los ámbitos: su casa, la escuela, el trabajo… También sufren más otros tipos de violencia.
- Ellas ocupan menos puestos de liderazgo en todos los ámbitos sociales.Tanto en la política como en la administración o la empresa privada, las mujeres ocupan muchos menos puestos de poder que los varones.
Eso es así no porque las mujeres tengan ninguna característica que las haga más proclives a no seguir una educación, a la violencia sexual o a no ocupar puestos de liderazgo si no porque nuestra sociedad es desigual, las discrimina y no está preparada para protegerlas.
Cómo educar a los adolescentes para que no discriminen
Lo más importante es que en la familia no exista discriminación y para ello está bien seguir algunos pasos:
- No hay tareas femeninas y tareas masculinas. Las mujeres o las niñas no limpian, friegan, cocinan o cuidan a sus hermanos menores mejor que los varones o los niños por ser mujeres o niñas. Los que hacen bien esas tareas, sea cuál sea su género, son los que han aprendido a hacerlas. Por eso es fundamental que enseñes a todos tus hijos a hacer las tareas del hogar y que todos ellos las hagan, sean varones o hembras.
- No eduques a tus hijos con los estereotipos de género. Durante generaciones se ha educado a la mayoría de las chicas diciéndoles que debían ser sumisas y guapas y a los chicos con el argumento de que debían ser fuertes e inteligentes. Si queremos tener una sociedad mejor y que nuestros hijos vivan en una civilización más justa debernos educarlos para que todos ellos, sea cual sea su sexo, sean fuertes e inteligentes y si además son guapos, mejor.
- Impulsalos a defender los derechos de las mujeres. Tanto si tienes hijos varones como si tienes hijas hembras, enseñalos que nadie puede discriminar a nadie por su género. Puedes ver con ellos que hay muchas organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres con las que pueden colaborar. Si consigues involucrarles en la denuncia de la discriminación, si consigues que sean activos y responsables socialmente, será más fácil que crezcan siendo más justos. Impulsales igualmente a denunciar las injusticias y cualquier situación de discriminación de la que sean testigos.
La educación en igualdad es con seguridad una de las tareas más difíciles que tienen los padres de los adolescentes porque sobre ellos pesan cientos de años de educación discriminadora. Pero esa no es una razón para no intentarlo, solo con ponernos a ello ya habremos dado un gran paso.
Victoria Toro
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