Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: Di NO a la violencia en casa
Author: Jose Luis Duarte
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Vivir en un ambiente violento tiene consecuencias muy graves para los niños. Ellos pueden presentar problemas de depresión, ansiedad, condu...
Vivir en un ambiente violento tiene consecuencias muy graves para los niños. Ellos pueden presentar problemas de depresión, ansiedad, conducta agresiva, falta de concentración y bajo rendimiento en la escuela, dolores de cabeza y estómago, sueño interrumpido y el desorden del estrés post-traumático.

También es un hecho comprobado que los niños testigos de la violencia doméstica tienden a repetir lo que ven en casa, y llegar a ser acosadores que abusen de los demás, o víctimas que acepten el abuso.

A ningún papá le gusta dañar a sus hijos. ¿Cómo puedes erradicar la violencia de tu hogar para proporcionar a tus pequeños la tranquilidad que necesitan para desarrollarse sanamente?

Empieza contigo mismo.
En tu vida laboral pueden existir situaciones que te provoquen la acumulación de estrés y frustración. La velocidad e intensidad de las demandas sobre tu atención y tu tiempo pueden llegar a ser insoportables.

Pero necesitas separar el trabajo de la casa y conservar el hogar como un espacio libre de energía negativa. Ni tus hijos ni tu pareja tienen la culpa de tu vida acelerada afuera de la casa. Trata de tener unos momentos de “descompresión” entre el trabajo y la casa para que dejes afuera la pesada carga que se puede estallar en cualquier momento.

Establece y haz cumplir reglas de respeto en casa.
La violencia verbal o física es una falta de respeto hacia toda la familia, porque resulta en la intimidación y no reconoce el valor de cada persona.

En las reglas de la casa prohíbe terminantemente el uso de insultos, golpes o amenazas entre miembros de tu familia.

Busca abrir canales de comunicación honesta.
¿Tus hijos te pueden lo que sienten? ¿Realmente les sabes escuchar?

También es importante aprender a pedir lo que tú esperas de tus hijos en una forma clara y amorosa.

La comunicación abierta en casa brinda el espacio para resolver problemas hablando respetuosamente, sin golpes.

Planea tiempos de esparcimiento familiar.
Como familia, es importante saber convivir y divertirse en un ambiente relajado.

Traten de compartir actividades colaborativas en vez de competitivas (trabajar todos juntos para poner la tienda de campaña en vez de ver quién lo hace mejor, por ejemplo).

Toma en cuenta la edad de tus hijos.
Muchas veces los deseos de los papás por tener una familia perfecta no permiten disfrutar la realidad.

Evita la frustración acordándote de lo siguiente: Los niños chiquitos tienen mucha energía y poco aguante, los hermanos siempre se pelean de vez en cuando, y a los preadolescentes todo les parece aburrido.

Para disfrutar de los ratos de convivencia familiar, abandona tu fantasía preconcebida que es una receta para la frustración, y acepta las características de la edad de cada uno de tus hijos.

Acepta los errores y defectos.
Nadie es perfecto. La casa donde no se acepte equivocarse es tierra fértil para la violencia doméstica. Dentro de la familia se debe establecer una rutina para pedir y otorgar perdón, y practicarla con frecuencia.

Por tu ejemplo enseña a tus hijos a ser generosos y tolerantes con los demás, permitiéndoles aprender a mejorar por medio de la equivocación.

Denuncia los abusos.
Es importante señalar actos y actitudes violentos, y reprobarlos públicamente. También invita a tus hijos a confiar en ustedes, sus papás, cuando sientan que alguien más fuerte se esté aprovechando de ellos. Pueden ser víctimas de acoso dentro de su propia casa.De ser el caso, pon un alto definitivo al abusador, con palabras y consecuencias firmes y tranquilas, nunca con insultos, burlas ni golpes.

Enseña a tus hijos sus derechos.
Deben saber que merecen respeto y nunca deben aguantar el maltrato sin denunciarlo. Enséñales a cuidarse y a protegerse del abuso siendo asertivos en sus relaciones personales.

La casa es el laboratorio donde practican relaciones sanas, y donde tu ejemplo es clave para que entiendan su valor. Si constantemente te ven aguantar una relación abusiva o abusar a tu pareja en su presencia, será difícil que aprendan a reconocer o a vivir una relación saludable en el futuro.

Controla el acceso a la violencia ambiental de los medios.
La televisión y los juegos de video entran a tu casa con tu permiso. Analiza qué estás promoviendo cuando permites a tus hijos ver programas y jugar juegos violentos.

Tanto la tele como los juegos son especiales porque proveen un mundo de fantasía donde los balazos, la sangre y la muerte son formas de entretenimiento.

Exponerse continuamente a imágenes violentas, inclusive en las noticias, nos deshumaniza y nos hace aceptar lo inaceptable como normal. Protege a tus hijos escogiendo los programas y juegos y no dejando que los medios escojan a ustedes como sus consumidores inconscientes.

Cultiva la paciencia.
En casa, enseña a todos a esperar su turno, y a tener calma para lograr los resultados que quieren. Tomar el tiempo de pensar antes de golpear o insultar evitaría situaciones lamentables donde a veces no hay regreso.

En casa es importante practicar esta virtud difícil, para aprender a controlar los impulsos y pensar en los demás.

Habla con tus hijos sobre héroes de la no-violencia.
Mahatma Gandhi y Martin Luther King, Jr. son excelentes ejemplos de personas quienes tuvieron el valor de enunciar y lograr el cambio por medio de las palabras y las ideas.

Gandhi dijo, “ Si vamos a enseñar la paz en este mundo, y hacer la guerra en contra de la guerra, hay que empezar con los niños.”

Tus hijos merecen un mundo libre de la intimidación, el abuso y el miedo que genera la violencia. Empieza en tu casa, dándoles un espacio para que aprendan a convivir en respeto y armonía con los demás.

Margaret McGavin


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