El 29 de abril de 1997 entró en vigor la Convención sobre las Armas Químicas. Es el primer acuerdo de desarme del mundo que contempla la eliminación de esas armas de destrucción masiva: prohíbe el desarrollo, la producción, el almacenamiento, la transferencia y el empleo de este tipo de armas. Considera además que los logros obtenidos por la química deben utilizarse exclusivamente en beneficio de la humanidad.
El organismo que se encarga de velar por su implementación es la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), también creada en esa fecha.
En ocasión del vigésimo aniversario de ambas instancias, el Secretario General de la ONU destacó que casi todos los países son miembros de la Convención y la exitosa tarea de la OPAQ para eliminar la mayoría de los arsenales declarados.
No obstante, António Guterres advirtió que el progreso alcanzado está en riesgo.
"En Oriente Medio, las partes beligerantes están quebrantando las normas contra las armas químicas. El reciente ataque en Siria fue un horrible recordatorio de lo que está en juego. No puede haber impunidad por estos crímenes", afirmó Guterres.
El Secretario General de la ONU instó a los Estados a continuar apoyando las misiones de la OPAQ, así como los mecanismos de investigación conjuntos con las Naciones Unidas.
Invitó a renovar el compromiso para remitir esas armas "diabólicas" a las páginas de la historia.
Con información del Centro de Noticias de la ONU
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| Foto archivo: OPAQ |
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