Una de las causas del sufrimiento humano es el apego.
Porque nos aferramos al recuerdo de nuestras historias tristes, al vacío de lo que no hemos podido lograr, a los temores, a las personas que se fueron o que no nos quieren a su lado, porque nos empeñamos en tener aquello que no es para nosotros, o a la idea de que podremos cambiar la actitud o el comportamiento de las personas que amamos, porque muchas veces queremos lo que otros tienen mientras menospreciamos lo que tenemos.
Aferrarnos a los aspectos negativos de nuestras vidas, es un comportamiento aprendido. Muchas personas crecieron acompañados emocionalmente por el temor, con la perdida, la enfermedad, con la pobreza y la limitación, con el sentimiento de fracaso y de frustración que vivieron nuestros padres o familiares cercanos mientras crecimos… pero, ahora que ya somos adultos, podemos cambiar algunas de esas creencias que todavía hoy, nos obligan a sufrir sin sentirnos capaces de superarlo.
Quiero hacerte una invitación a revisar y transformar algunas de tus creencias, renovar tus mejores sentimientos y a suavizar tu estilo de vida!! Evita colocar tu atención en los recuerdos difíciles, no alimentes tus temores ni tus preocupaciones con las noticias o a los comentarios pesimistas que te hacen los demás, evita darle vuelta en tu cabeza una y otra vez a lo que pudiste haber hecho para que las cosas ocurrieran de otra forma, pues, el pasado ya paso y no hay manera de cambiarlo.
Aprendamos a reconocer y a valorar todo lo positivo, lo bueno y lo bello que también ha ocurrido en nuestra vida, seamos conscientes de todas las bendiciones que aparecen ocultas detrás de situaciones inesperadas y aparentemente difíciles o injustas de la vida… y veraz, como al iniciar la búsqueda de ellas, descubrirás que han sido mas los momentos y las situaciones positivas que las difíciles. ¡Suéltate del lado oscuro de tu vida y ven a habitar en el lado de la luz, de la paz y la felicidad!!.
¿Porque no puedes disfrutar de un buen momento de descanso y bienestar solo, en contacto con la naturaleza o acompañado de alguno de tus seres queridos, sin sentirte preocupado por lo que tienes pendiente o culpable por perder el tiempo ¿Porque permites que tu mente te sabotee el placer de un buen momento llevándote a pensar en el pasado o en futuro? Controla tu mente, renueva tus pensamientos, ponte en movimiento, respira y siéntete vivo, busca la compañía de una persona querida, observa y disfruta el paisaje de tu entorno natural o simplemente cierra los ojos, respira y reconoce la presencia de Dios en tu interior… Solo unos minutos bastan para recuperar la calma.
Repite mentalmente con fuerza y convicción: ¡No voy a permitir que nada ni nadie incluyendo mis temores o mis tristezas me quiten la oportunidad de ser feliz hoy!!
Maytte Sepúlveda
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