Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: Te perdono por Merlina Meiler
Author: Jose Luis Duarte
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En los últimos días estuve pensando en la mejor manera de cerrar algunos temas inconclusos o heridas aún abiertas. Y creo que el mejor ...
En los últimos días estuve pensando en la mejor manera de cerrar algunos temas inconclusos o heridas aún abiertas.

Y creo que el mejor modo de hacerlo es mediante el perdón.

Durante años, con respecto a este tema, solía pensar “quién soy yo para perdonar”, pero llegué a la conclusión de que tiene el mismo sentido preguntarse: “¿quién soy yo para no perdonar?”

Es que el perdón abarca mucho más que una simple frase:

- Es una actitud que nos conecta con lo mejor de nosotros mismos. Demuestra que somos capaces de no devolver lo que nos hicieron con la misma moneda, sino pararnos de frente al otro y decirle: aquí estoy yo, y soy así: estos son mis valores y mis convicciones, y nada ni nadie me hará renunciar a ellos.

– Perdonar no significa olvidar: recordar lo que sucedió es útil para no volver a caer en lo mismo, para poner límites a los demás y a uno mismo y para aprender esa lección. Recordar desde el perdón brinda la sensación de estar en paz con uno mismo, ya que aleja aquellos sentimientos que no queremos que tengan lugar en nuestro corazón.

– Perdonar tampoco significa “borrón y cuenta nueva”: algo sucedió y es lógico basar nuestras acciones futuras sobre los hechos y el resultado. Yo puedo decidir perdonar a alguien y no seguir teniendo relación con ese ser mí porque no lo quiero en mi entorno. Saber discernir quiénes son buenas influencias y quiénes no lo son es un signo de inteligencia emocional.

– Perdonar ayuda a soltar: es una manera de poner el punto final a una situación. Ok, pasó esto, hiciste o no hiciste aquello, yo te perdono, fin de la historia. De ahí en más, veré qué deseo que suceda con el resto de las cosas y de las personas involucradas.

– Perdonar nos da la posibilidad de ir más allá de nuestros límites y de entender qué motivó al otro a hacer lo que hizo. No te estoy sugiriendo que justifiques acciones dolorosas o consideras que no tienen retorno, sino que te enfoques en tu humanidad y desde allí perdones para seguir adelante y poder dar vuelta esa hoja de manera saludable para ti.

– No perdonar implica quedarnos con un sabor amargo y albergar sentimientos poco felices, como el resentimiento, el enfado, la desilusión u otros más intensos. De este modo, seguimos enganchados con quien los provocó, y esto genera aún más emociones negativas, culpas, desconsuelo –de hecho, estaríamos en el terreno del otro y no en el nuestro, ya que al continuar el drama, permitimos de alguna manera que nos saquen de nuestro eje, para conectarnos con sensaciones que nos resultan ajenas.

Entonces, en lo personal, he decidido perdonar a quienes de manera deliberada o involuntaria nos han herido a mí o a seres queridos. Al hacerlo, me siento más serena, más segura y puedo seguir mi camino sin que nadie lo tuerza ni lo condicione ni siquiera un ápice.

¡Te invito a que hagas lo mismo! Verás lo bien que te sentirás.



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