EXPRESAR LO QUE GUARDAS. Atrévete a comunicar tus verdaderos sentimientos y pensamientos para que puedan conocerte mejor. Muchas veces, cuando callamos a la espera de que la persona querida adivine o interprete nuestros verdaderos deseos, expectativas o necesidades, solo obtenemos frustración y vacío a cambio. Cree que tienes derecho a ser complacido, querido, tomado en cuenta y considerado por los demás.
SER AUTÉNTICO. Vence el hábito de usar caretas para tratar de ganarte el aprecio, la aceptación, la aprobación o el amor de algunas personas, tratando de aparentar ser alguien que no eres. Atrévete a ser tú mismo y a compartir tus gustos e intereses, seguramente descubrirás una nueva afinidad con ellas y te darás la oportunidad de ampliar tu circulo social al encontrar más personas parecidas a ti.
ESTABLECER LIMITES. Cuántas veces te has sentido atrapado en relaciones o situaciones de abuso, injusticia o maltrato de algún tipo, por temor a pedir ayuda o a decir que no. Pregúntate hasta dónde y cuánto vas a aguantar o a tolerar el malestar que te causa esa situación. ¿Qué es lo peor que puede pasar si decides decir "hasta aquí"? Busca ayuda si fuese necesario para ganar la estima y la autoconfianza que te permita hacerlo.
QUITARLE EL PODER A LOS QUE TE MANIPULAN. Algunas relaciones se deterioran debido a la exigencia constante que le hacen algunos a sus personas queridas de mostrar con ciertos comportamientos y actitudes que las aman realmente. Una conducta que se manifiesta en frases del tipo: "si me quieres... deberías o tendrías que hacer esto o aquello...". En realidad, el verdadero amor no puede condicionarse. Podemos conversar para conciliar nuestras diferencias y buscar soluciones a los problemas que tengamos, pero sin tratar de manipular o presionar a los otros para que actúen y piensen como nosotros quisiéramos que lo hagan.
ESTAR DISPUESTOS A RENUNCIAR. Muchas veces, el mayor temor que enfrentamos cuando nos proponemos ganar un poco de autonomía y de respeto hacia nosotros mismos es a la reacción o la represalia que la otra persona pueda tener hacia nosotros, porque tememos que se vaya y nos abandone. Piensa en lo que harías si esto sucediera y recuerda que tienes derecho a buscar tu felicidad y que siempre puedes volver a comenzar. Además, si hay cariño verdadero, la persona comprenderá tu necesidad de hacer algunos cambios en la dinámica de la relación que comparten; inclusive, te apoyará a conseguirlo porque sabe que su efecto positivo, también se reflejará en la relación.
CREAR ACUERDOS. En lugar de presionarse o exigirse un cambio definitivo usando el pasado o el recuerdo de cualquier intento fallido, pregúntense qué cree cada uno que puede hacer para aportar una solución al conflicto; qué estás dispuesto a hacer tú para solucionarlo. Expresarlo abiertamente, sin justificar tus fallas y mostrándote interesado en resolverlo, puede motivar al otro a expresar su interés y su compromiso de hacerlo.
Maytte Sepulveda
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