¿Cuántas relaciones personales se rompen por falta de comunicación, especialmente las que mantenemos con nuestras personas más queridas? ¿Cuántas veces te ha sucedido que dices una cosa y los demás entienden algo completamente diferente, no te explicas o no te entienden?
Hay personas que manejan la comunicación como si fuese un arte: con una gran facilidad no solamente expresan lo que piensan o sienten, sino que, además, logran que los otros hagan aquello que ellos quieren. Tienen carisma, se sienten seguras de sí mismas y saben definitivamente transmitir muy bien sus ideas. Generalmente ocupan lugares de liderazgo y socialmente son muy exitosas debido a esta capacidad.
Saber comunicarnos significa manejar la conversación de una forma tan clara, directa y efectiva, que logremos llevar el mensaje a los destinatarios eficazmente. Puede ocurrirnos que tengamos las ideas muy claras en la mente, pero que al momento de expresarlas nos falten las palabras más adecuadas para hacerlo.
Algunos de los principales obstáculos a vencer para lograr una mejor comunicación son:
Dar las cosas por supuesto. Imaginar que los demás van a comprender lo que tratamos de decirles sin tener que explicarles mucho o que estamos conectados en el mismo canal mental y, a pesar de que no logramos expresarnos claramente, ellos nos siguen en la idea.
Querer tener siempre la razón. En algunos casos, insistir en tener la razón o el control de la conversación, ignorando o invalidando el punto de vista o las ideas de la otra persona, pone en riesgo una comunicación efectiva. Es importante que aprendamos a compartirla, reconociendo el aspecto positivo que pueden aportarnos los demás con sus diferentes puntos de vista o experiencias.
Hablar sin decir nada. Esto puede pasarles a las personas que solo pretenden llenar un vacío de información, intentando explicar demasiado para aparentar conocimiento y preparación, cuando en realidad solo están mostrando lo contrario: explicar y explicar sin usar los ejemplos adecuados para aclarar el tema... vale la pena que pensemos muy bien en las ideas que deseamos transmitir antes de hablar, de manera que podamos hacerlo sin crear confusión o malentendidos.
Gesticular demasiado o hablar muy alto. Recordemos que la expresión corporal muchas veces es la primera que los demás perciben... Estar conscientes de lo que decimos con los gestos, el volumen de la voz y el tono emocional que acompaña nuestras palabras puede ayudarnos o no a lograr una mejor comunicación.
Maytte Sepulveda
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