La paz es posible de dos maneras. Una es cultivándola desde el exterior. Pero esa es una paz falsa, no es más que una máscara: parece cuerdo, pero solo en la superficie, en lo más profundo hay locura. Esa no es la paz que yo enseño, esa es la paz que enseñan las llamadas religiones.
Te enseñan a reprimir, te enseñan a cultivar, te enseñan a crear un cierto carácter a través de la voluntad. Sin embargo, todo aquello que se logra a través de la voluntad, se logra a través del ego. No puede profundizar mucho; el propio ego es un fenómeno muy superficial. Te puede dar una fachada maravillosa, eso es todo.
El segundo camino para alcanzar la paz es la meditación: no el hecho de cultivar la paz, sino la conciencia de tus pensamientos, la conciencia de lo que estás haciendo, pensando, sintiendo; una conciencia tridimensional. Una dimensión es la acción, la segunda dimensión es el pensamiento, la tercera dimensión es el sentimiento.
Todas esas dimensiones tienen que ser observadas en silencio, sin juzgar. Poco a poco, comienza a ocurrir un milagro: cuanto más miras, menos hay que mirar. Cuando tu vigilancia se vuelve perfecta, tu mente se detiene completamente, cesa completamente.
En ese cese de la mente está la paz. La paz es una consecuencia de la meditación; entonces es verdad, entonces es un puente entre tú y la existencia.
Osho
Publicar un comentario