El acuerdo vinculante compromete a 74 países a tomar medidas como la prohibición de explotar nuevas minas de mercurio, la eliminación gradual de las actuales y la regulación de su uso en la minería artesanal y en productos de uso cotidiano como cosméticos, bombillas, pilas.
El Convenio también busca reducir las emisiones de mercurio causadas de forma colateral en otros procesos, como la generación de energía en centrales térmicas de carbón o la incineración de residuos.
El PNUMA indicó que no hay cura para el envenenamiento por mercurio, una enfermedad que puede causar daños neurológicos y de salud irreversibles. Tampoco hay un nivel seguro de exposición al componente químico.
La exposición al mercurio puede afectar el corazón, los riñones y pulmones de personas de cualquier edad y es particularmente dañino para los niños y bebés.
El Convenio recibe el nombre la ciudad japonesa de Minamata, que en mayo de 1956 sufrió el envenenamiento por mercurio más grave de la historia debido al vertido de aguas residuales industriales a la bahía local por parte de una planta química.
Con información del Centro de Noticias de la ONU
Foto: Global Environment Facility |
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