Habla lo menos posible, sobre todo de ti mismo y de la vida privada de las demás personas. No te entrometas en la vida de los que te rodean. Vive tu propia vida y deja que cada cual viva la suya propia. No eres dueño de nadie, y nadie es tu dueño.
El amor no nos da derechos ni deberes. Escucha a todos, pero no sólo con los oídos, sino también con tus sentimientos, si no has permitido que esta torpe civilización te los haya destruido por completo(tanto los oídos como los sentimientos). A solas mira frecuentemente al horizonte, así no olvidarás que aún, el cielo se puede unir con la tierra.
No pretendas ver nada, mira atenta y espontáneamente todo aquello que vaya surgiendo en cada uno de tus momentos. No busques escuchar nada, solo escucha con tranquilidad,sin formar parte de la confusión, el chisme, el ruido, y la trivial frivolidad que te rodea. El silencio también puede curarte.
Piensa si todo lo que posees es realmente necesario para tu supervivencia. Piensa porqué no eres capaz de gozarcon la simple satisfacción de tus necesidades. Piensa alguna vez, muy seriamente, si algo de lo que haces,(o la manera en que lo haces) está destruyendo tu serenidad y tu alegría. Recuerda que tu tranquilidady tu capacidad de gozar son muy importantespara el bienestar de los que te rodean.
Acepta a todos tal cual son, no pretendas cambiar a nadie, pero no temas ser diferente a ellos. No busques causas para alegrarte de estar vivo. Todo se puede comenzar de nuevo. ¿Dónde? ¿Y dónde sino dentro de ti mismo?. Vamos…¡Salta ya mismo!
Fuente: Oasis
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