Ya sé, esto suena a algo muy lógico y evidente. Si uno hace algo, debe desear que todo salga según lo planeado… pero en muchos casos, no es así.
- Nosotros mismos jugamos en contra de lo que estamos haciendo. Porque, según la situación:
- Nos desmerecemos utilizando palabras y frases que no nos permiten sacar a la luz todo nuestro potencial (como por ejemplo, “nunca me sale nada bien”, “si no se concreta, no es tan importante”, “nunca puedo lidiar con este tipo de situaciones”).
- Partimos desde una baja autoestima y así, en lugar de pisar con todo el pie al caminar, temblorosos, solo apoyamos las puntas de los dedos, con la consecuente alta probabilidad de caer.
- No nos involucramos plenamente por miedo, inseguridad, descreimiento…
- Como ya hemos tenido resultados adversos anteriormente, intentamos avanzar pero sin grandes expectativas. Si esta es la actitud, ¿de qué manera uno pone su energía y su mejor esfuerzo para que algo muy bueno suceda?
- Es común boicotearse o “abrir el paraguas antes de que llueva”, lo que es muy similar a hacer las cosas a medias.
Es enfocar la energía para que eso que tanto anhelamos sea una realidad.
Es permitir que la vida nos sorprenda y que aquello que pase incluso pueda superar nuestras previsiones.
Implica también saber que las cosas pueden resultar distintas, pero tenemos la entereza suficiente para capear cualquier temporal e igualmente llegar a obtener buenos frutos.
Es tener ese convencimiento interno total y absoluto que esta vez, lo mejor para nosotros realmente sucederá.
Fuente: Mejora Emocional
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