Hacer servicio no se trata de tener ilusiones pasajeras como: “Oh, me gustaría servir.” Si lo haces así, estás buscando la gratificación del ego. Hacer servicio es moverte y hacer.
Si aquellos con quienes te encuentras comparten su fortaleza y su abundancia contigo, si se regocijan en tu crecimiento y despertar de conciencia, si te alientan a llegar cada vez más alto en tu Espíritu, estás en buena compañía. Tu trabajo es mantener tus ojos en Dios, sin importar lo que pase. Déjale todo lo demás al Espíritu.
Practica buscar y conectar con claridad y enfoque en todo el bien mayor que Dios ha creado para nosotros hoy.
¿Se ha empeorado tu actitud? Corrígela por medio de la acción positiva.
John Morton y John-Roger
Publicar un comentario