Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: Síntomas de alerta en una relación por Merlina Meiler
Author: Jose Luis Duarte
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¿A quién no le gustaría que su relación amorosa fuera un jardín de rosas? Aunque tengamos esa fantasía, la realidad es que muchos vínculos d...
¿A quién no le gustaría que su relación amorosa fuera un jardín de rosas?

Aunque tengamos esa fantasía, la realidad es que muchos vínculos distan demasiado de esta situación ideal.

Dicen que quienes entablan un nexo abusivo lo hacen porque vivieron algo parecido en su hogar, pero en muchos casos, como el ejemplo de sus padres fue diametralmente opuesto, no reconocen afuera el verdadero tenor de lo que les sucede (ni el peligro que ello conlleva).

A continuación hay algunos síntomas de alerta para que tengas en cuenta. Mantén los ojos bien abiertos para detectarlos:

– Palabras de menosprecio o el intento de desmerecer aquello a lo que le dedicas tiempo y esfuerzo. La queja constante sobre tus acciones y el hacerte creer que todo lo que haces está mal es un tipo de maltrato muy común y que a veces pasa inadvertido o se tiñe de justificaciones tales como “tiene mal genio” o “la culpa es mía porque se me quemó la comida”. Por más que hayas cometido una equivocación o una torpeza, el insulto o el menoscabo no tienen por qué ser la consecuencia lógica a eso.

– Celos enfermizos. Si al estar en un lugar público o al regresar a tu hogar es frecuente que te endilguen que miraste a tal o cual persona o te hacen planteos ridículos sobre seres que te rodean como si los estuvieras buscando sentimental o sexualmente, estás ante una persona que hace gala de celos enfermizos. Tratar de razonar con él/ella será en vano porque seguirá viendo fantasmas donde no los hay.

– Opinión crítica sobre tu ropa. Ni una falda corta ni un pantalón ajustado son razones para que te digan que te ves como una “cualquiera” por usarlos. Tienes el derecho de vestir como te venga en gana y como elijas, sin que ello implique segundas intenciones que solo están presentes en el ojo de quien las imagina.

– Control permanente. He visto cómo teléfonos celulares suenan cada media hora preguntando: “¿Con quién estás? ¿Dónde estás?” Ocuparse del bienestar de alguien es una cosa, acecharlo para tener control absoluto de todos sus actos es otra.

– Intento de alejamiento de quienes te rodean. A cualquiera de nosotros puede caerle mal un familiar o amigo de nuestra pareja. Sin embargo, tratar sistemáticamente de apartarte de la gente que más quieres (familiares, amigos, compañeros de trabajo) es una manipulación emocional importante. Por lo general, quienes mueven estos hilos lo van logrando paulatinamente y de a uno (“tu mamá es una metida”, “tu amiga no te quiere”, “ese compañero de trabajo quiere salir contigo”, “tu prima es una buscahombres”). Si notas que te estás dejando de ver con el círculo que frecuentabas, se trata de un hecho adrede para aislarte y así aumentar tu dependencia hacia ese sujeto.

Si te has identificado con uno o más de estos síntomas, ¡alerta roja! Te propongo estos tres pasos a seguir para empezar a despegarte de esta situación de manera definitiva (es posible, aunque hoy no lo veas como una posibilidad tan cercana):

1- Habla
Si cuentas lo que te está sucediendo, habrás dado el primer paso para realizar un gran cambio.
Habla con alguien de tu confianza, como tu mamá o un familiar cercano de buen criterio (aún hay algún mayor con un pensamiento arcaico como “y bueno, si te casaste, ¡hay que aguantar!”), un amigo, un vecino o cualquier otro ser que te haga sentir cierta seguridad y que quiera lo mejor para ti (seguramente, te sorprenderás de la ayuda que los demás están dispuestos a darte). Dile lo que te está sucediendo. Compartir tus penas te hará sentir alivio, y también te ayudará a darte cuenta de la magnitud de lo que te está sucediendo.

2- Escucha
Presta atención a lo que te dicen los demás y a la persona a la cual recurriste. Internaliza cada una de sus palabras y fíjate cómo se conectan con lo que estás viviendo. Atiende a sus consejos y recomendaciones.

3- Actúa
Ha llegado el momento de que te pongas en acción.
Sigue las sugerencias que te han hecho, en compañía de tu gente querida en la medida de lo posible, ya que en estas circunstancias, cuanto más apoyo tengas, más sencillo te resultarán los pasos a seguir. Estos pueden incluir denuncias policiales, consultas con abogados, psicólogos, médicos u otros profesionales, y también ayuda espiritual.

Tal vez te parezca engorroso tener que hacer tantos trámites y diligencias por alguien a quien quieres, ya que desearías que las cosas fueran distintas.

Pero no lo son.

Piensas que vas a cambiar a ese ser solo te ha generado sufrimiento. Si no ha mostrado una voluntad férrea de querer dominar su mal genio o agresividad CON MEDIDAS CONCRETAS, es hora de que pongas en marcha tu instinto de supervivencia y hagas algo para preservarte, porque aún estás a tiempo.

Déjame decirte que la violencia y el maltrato en una pareja solo escala con el tiempo. Va aumentando hasta llegar a límites impensados (o hasta sobrepasarlos), lo que pone en riesgo tu integridad, tu salud e incluso tu vida.

Mereces una vida mejor y puedes tener acceso a ella, así que HABLA, ESCUCHA Y ACTÚA.

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