Lo más importante es que tengamos la certeza de que podemos ser felices y de que podremos convertir nuestros sueños en realidad en algún momento.
Esta fecha representa una oportunidad para cerrar un ciclo, sin tener que hacerlo por alguna circunstancia trágica o difícil, que siempre permite reconocer aquellos aspectos de nuestra personalidad y de nuestro estilo de vida que necesitamos cambiar, para sentirnos cada vez mejor con la vida que llevamos.
Recordemos que con nuestras actitudes, elecciones y comportamientos somos la causa que genera o atrae las situaciones que, después, tenemos que vivir. Por lo tanto, si queremos sentirnos bien o vivir de una mejor manera, necesitamos hacer ciertos cambios en nosotros, para conseguirlo.
Lo primero es hacernos preguntas clave que nos ayuden a definir lo que tenemos que cambiar o incorporar en nuestra vida, para hacer que este nuevo año sea, en realidad, diferente y mejor: ¿Cómo quiero sentirme?, ¿cómo quiero que sea mi vida?, ¿qué estoy dispuesto a cambiar para conseguirlo?
Las anteriores son algunas de las interrogantes que debemos responder. Es importante que nos tomemos el tiempo necesario para hacerlo con la mayor claridad y objetividad posibles; es decir, tomando en cuenta el tiempo y el trabajo que necesitaremos realizar para lograrlo. Nada sucede sin que hagamos algo para que suceda, la voluntad, el compromiso, la pasión, el trabajo y la perseverancia son necesarios para construir la vida que deseamos.
Los principales obstáculos para renovar nuestra vida son el no saber exactamente lo que queremos, el no sentirnos dispuestos a hacer cuanto sea necesario para conseguirlo y el dejarnos desanimar por los comentarios negativos de otros, o por el paso del tiempo que, seguramente, necesitaremos para cumplirlo.
Muchas veces sabemos con más facilidad lo que hace felices a nuestros familiares, amigos y pareja que lo que nos hace felices a nosotros mismos.
Definir lo que queremos y lo que nos hará felices, es un proceso parecido a pelar una cebolla, deberemos, con conciencia y responsabilidad, empezar a quitar capas, hasta encontrar ese anhelo o ese propósito que nos llene de alegría, motivación y energía.
Deja de quejarte o de lamentarte por la poca suerte que has tenido, evita sentirte víctima de los demás, y asume el control y la responsabilidad de tu vida.
Maytte Sepulveda
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