Los antiinflamatorios, como su nombre lo indica, se utilizan para la inflamación de músculos, articulaciones, órganos, entre otros, pero deben acompañarse de un alimento o un vaso de leche para evitar la irritación estomacal. Entre los antiinflamatorios conocidos tenemos Ibuprofeno, Diclofenac, Aspirina, etc.
Con el uso de los antibióticos que son empleados para el tratamiento de infecciones, hay que abstenerse de tomar bebidas alcohólicas durante el tiempo que dure su administración, para evitar dolores de estómago, nauseas, vómitos o enrojecimiento de la cara.
En la administración de diurético, que son medicamentos que aumentan la eliminación de agua, sodio y cloruros en el cuerpo, hay que tener especial cuidado con la administración de alcohol que aumenta el efecto diurético de los propios fármacos para este fin. Hay que tener especial precaución ya que la combinación de estos con alcohol puede causar perdida de minerales como calcio y magnesio que son muy importantes para el buen funcionamiento del organismo.
A su vez los alimentos ricos en potasio como el brócoli o la banana en combinación con las sustancias diuréticas pueden modificar el ritmo cardiaco, generando palpitaciones, taquicardia o bradicardia.
La influencia de los alimentos sobre los fármacos depende de las características de los propios medicamentos. A veces la dieta puede alterar el proceso de absorción del fármaco o la velocidad con que el organismo asimila el medicamento.
Fuente:
Blog de Farmacia
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