“Un erudito tenía extensos antecedentes en los estudios budistas y era un experto en la materia. Vino a estudiar con un maestro Zen y después de darse los saludos correspondientes, le pidió que le enseñara Zen. Entonces el erutido comenzó a hablar de sus extensos antecedentes doctrinales. Hablaba y hablaba acerca de las tantas Sutras que había estudiado.
El maestro Zen escuchaba pacientemente y entonces comenzó a hacer té. Cuando estaba listo, empezó a verter el té en la taza del erudito hasta que comenzó a derramarse y cayó al piso. El erudito vio lo que estaba pasando y dijo en voz alta:
- ¡Para, para! La taza esta llena; No puedes ponerle más.
El maestro dejó de verter y dijo:
- Tú eres como esta taza; estás lleno de ideas, más ideas y opiniones.
Tú vienes y pides que te enseñen pero tu taza está llena; no puedo echarle más.
Antes de que yo te enseñe tienes que vaciar tu taza.!”
A veces permanecemos tan encadenados a nuestras propias ideas y opiniones, que nos sobran razones para permanecer inmóviles y apegados a nuestro duro destino.
Todo está cerrado y lleno en nuestras vidas, así que, si no nos vaciamos de algo, si no renovamos nuestras experiencias, nada más podrá entrar.
Recuerda....
- Dentro de lo simple, hay abundancia.
- Puedes dejar de lado ciertos pensamientos condicionados que te encadenan
- Puedes liberarte de la prisión de tus propias reglas.
Fuente: Emociones Saludables
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