Cuando los minerales se encuentran en el organismo, son depositados en el tejido celular subcutáneo, y desde ahí ejercen su acción a través del eje hipotálamo-suprarrenal, activando el metabolismo orgánico.
También, el contacto constante con estas aguas termales (por períodos de un mes o más) pueden ayudar a mejorar el trabajo del sistema nervioso e inmunológico y el de las glándulas endocrinas. Proveen un estado de relajación mental, regulación de las funciones glandulares y producción de endorfinas. Muchos de estos efectos se deben al ingreso de minerales al cuerpo como magnesio, dióxido de carbono, azufre y calcio.
Los baños en aguas termales, pueden servir de gran ayuda para enfermedades de la piel, como la dermatitis, psoriasis, y las enfermedades por hongos.
Algunos de los beneficios más reconocidos de las aguas termales son:
- Problemas de la circulación
- Enfermedades crónicas de la piel
- Enfermedades relacionadas con el estrés y otras de tipo psicosomático
- Secuelas de trauma
- Enfermedades ginecológicas crónicas.
- La recuperación funcional de la neuroparálisis central y periférica
- Curación de algunas enfermedades metabólicas como obesidad y diabetes.
- Problemas gastrointestinales crónicos
- Enfermedades respiratorias leves
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