Que hay tan solo una salida a la situación que se te ha presentado. Y que debes darte por vencido y marchar en ese sentido con la cabeza gacha, aceptando las cosas como se han presentado.
Pero te aseguro que esto no siempre es así.
Que en este momento en particular no te resulte fácil ver otras posibilidades no significa que no existan. Sino que simplemente, no has tenido en cuenta todos los vectores involucrados en aquello que está sucediendo y precisa tu accionar. O has pensado del modo en el que estás acostumbrado y que algunas veces te ha funcionado muy bien. Pero no en este caso.
Ya es hora de ampliar los horizontes de tu pensamiento. De abrirte a nuevas formas de ver las cosas, que en un principio te pueden parecer un tanto lejanas o poco habituales en relación con tu modo de proceder, pero luego de cavilar sobre ellas, te darás cuenta de que son perfectamente posibles, realizables, factibles. Y además, convenientes en esta ocasión.
Pues bien, si desde tu punto de vista solamente hay un camino para seguir y no es de tu agrado, entonces cambia la perspectiva. Intenta sopesar los acontecimientos desde afuera, como si fueras una persona totalmente ajena a los hechos. Asumir el rol de un observador externo puede ser la clave para que visualices salidas originales que ni se te habían ocurrido hasta ahora.
De esta manera, la posibilidad de una resolución favorable para ti estará mucho más cerca.
Fuente:
Publicar un comentario