Entre las emociones negativas en niños que los padres deben detectar y ayudar a manejar a sus hijos están las relacionadas con el miedo; sobre todo, cuando la reacción es escapar de la situación, llorar, temblar, en definitiva, reacciones perjudiciales para el niño y que tarde o temprano le van a afectar en la vida en sociedad.
Si el niño se enfrenta a esa emoción sin escapar del problema, entonces estamos ayudando a nuestro hijo a enfrentarse a los miedos sin huir, con serenidad y tratando de encontrar una solución. Si no sabes cómo encarar esta situación, aquí tienes algunos consejos para ayudar a los hijos a manejar el miedo.
El miedo en los niños
Los padres debemos observar las reacciones de miedo ante diferentes situaciones de nuestros hijos para poder ayudarlo a manejar esos momentos con éxito. Si el niño no quiere dormir solo por miedo a la oscuridad; si no quiere quedarse a solas en alguna parte de la casa sin sus padres; si le da miedo meterse en el agua en la piscina o en la playa; miedo a subir a la bicicleta; incluso miedo a conocer a gente nueva, los padres deben ayudar a sus hijos a enfrentarse a esas situaciones.
Pero esa ayuda debe ser sin forzar al niño. Tampoco hay que caer en el error de alejar a nuestros hijos de las fuentes de miedo para que se sienta bien, ya que de esta forma no va a aprender a manejar sus miedos nunca y, lamentablemente, cuando sea mayor, ante cualquier situación que le genere miedo escapará de ella.
Ayudar a nuestros hijos a enfrentar el miedo
Una regla fundamental es la de nunca usar esta emoción como castigo. Por ejemplo, si decimos a nuestro hijo que si hace algo la policía vendrá y se lo llevará, ya estamos usando la emoción del miedo de forma negativa. Además, estamos estableciendo una imagen inadecuada de unas personas que están para protegernos a nuestros hijos.
No pongamos nuestras expectativas como padres por encima de las emociones y expectativas de nuestros hijos. Todo padre quiere que su hijo aprenda a nadar pero si lo obligamos en una situación de mucho miedo el niño va a crecer odiando el agua. El efecto conseguido será el contrario, como sucede muchas veces en la educación incorrecta de nuestros hijos.
Nunca avergüences a tu hijo por sus miedos ni lo compares con otros niños más valientes según su criterio. Más bien, se debe comprender al niño y en la intimidad animarlo a superar esos miedos que se pueden convertir en frustraciones y provocar problemas más importantes más adelante si no se manejan correctamente desde el principio.
Fuente: Entre Padres
Publicar un comentario