Y no tengas miedo de ser feliz. Goza de lo bello. Ama con toda el alma y el corazón. Cree que aman, aquellas personas que tú amas. Olvídate de lo que hayas hecho por tus amigos y recuerda, lo que ellos han hecho por ti. No repares en lo que el mundo te debe y fíjate en lo que le debes al mundo. Cuando te enfrentes a una decisión, tómala tan sabiamente como te sea posible.
Luego olvídala. El momento de la certeza absoluta nunca llega. Sobre todo recuerda, que Dios, ayuda a quienes se ayudan a sí mismos. Actúa como si todo dependiera de ti, y reza como si todo dependiera de Dios. Vive cada día a plenitud.
Desconozco a su autor
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