Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: Palabras tóxicas por Merlina Meiler
Author: Jose Luis Duarte
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La manera en la que te tratan y te tratas incide directamente en tu salud y en tu bienestar. Piensa, por ejemplo, en cómo reaccionas ante no...
La manera en la que te tratan y te tratas incide directamente en tu salud y en tu bienestar.

Piensa, por ejemplo, en cómo reaccionas ante noticias que llegan a tu conocimiento.

Si son buenas, una sensación de bienestar y de plenitud te embarga. Tal vez sonríes en soledad caminando por la calle o te parece que el sol brilla aún más ese día.

Por el contrario, si te enteras de algo triste o desagradable, sueles tener una reacción física que se plasma en algún lugar de tu cuerpo: se te acelera el corazón, se te revuelve el estómago, te resulta difícil conciliar el sueño y demás.

Lo mismo sucede con las palabras que pronuncias y con los pensamientos que tienes y que van dirigidos a tu persona.

Si te descalificas o te agredes, estarás preparando el terreno para dos cosas: una es desarrollar algún tipo de síntoma físico. Ya sabemos que estas manifestaciones, con el tiempo, podrían llegar a derivar en malestares o en enfermedades.

La segunda es seguir teniendo conductas del tipo de las que provocaron tus expresiones y no te hacen feliz, para validar de algún modo tus palabras o tus pensamientos.

Por ejemplo, si te dices “estúpid@”, además de lo que este epíteto provoca en tu persona (desazón, sensación de incomprensión, desánimo), es probable que sigas teniendo comportamientos que no te enorgullecen porque “así eres”.

Las palabras tóxicas por lo general están compuestas por elementos que has aprendido o que copias de los demás. No es que un día se te ocurrió pronunciarlas en contra de ti mism@, sino que las has escuchado y las has internalizado al punto de familiarizarte con ellas y de considerarlas parte de ti.

Pero puedes desactivar esa conducta dañina si te das cuenta de que la exhibes.

. Nunca pero nunca te agredas ni te descalifiques. Tienes todo el derecho de cometer errores, porque todos lo hacemos, y es algo inherente al ser humano. Quien más hace o intenta, más posibilidades de equivocarse tiene.

. Trátate bien. Eres el ser más incondicional que tienes y el primer acto de amor hacia tu persona debe provenir de ti.

. Tampoco permitas que otros lo hagan, más allá de la circunstancia o de que tengan motivos válidos para estar enfadados contigo: hay un límite que nunca se debe cruzar, y es el del respeto. Si ellos intentan sobrepasarlo o acostumbrarte a sus malos modos, no lo permitas: los demás te tratarán de acuerdo con el límite que establezcas.

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