Es muy normal que los padres no quieran negar nada a sus hijos para verlos siempre felices con todas las cosas que pueden conseguir a través de ellos. Sin embargo, esto no siempre es correcto. Está bien que los padres se preocupen de que sus hijos sean felices pero también es importante ayudarlos a que sepan adaptarse a no tener siempre lo que quieren.
La vida realmente no nos da siempre lo que queremos, por eso los padres deben de aprender a decir que NO a los hijos en determinadas ocasiones.
Cómo y cuándo decir que no a los hijos
Sabemos que puede ser muy duro decir que no a tu hijo, pero debes saber que ante esa debilidad que a veces tenemos los padres, va a aprovechar para conseguir todo lo que quiera; quedarse más tiempo levantado, ver una película cuando no debe, quedarse más tiempo jugando con amigos, comer lo que quiera, conseguir nuevos juguetes o videojuegos, etc.
Lo único que vamos a conseguir de esta forma, sin ponerle límites a los hijos, son niños consentidos y acostumbrados a conseguir todo lo que desean.
Como educadores, los padres tienen la obligación de inculcar valores a sus hijos y dentro de esos valores, la adaptación, la obediencia y la paciencia son muy importantes. Tienen que saber cómo y cuándo decir que no de forma asertiva y consistente, de tal forma que el niño perciba tarde o temprano que cuando el padre o la madre dicen que NO es totalmente inapelable.
Como padres debemos aprender a asentar los límites, hacérselos conocer a nuestros hijos y no dejar que se sobrepasen, y en caso de ser sobrepasados, tendrán consecuencias.
Un trabajo conjunto entre padre y madre
Algo fundamental para que los niños acepten un "no" por respuesta es la total complicidad entre padre y madre, de tal forma que no pueda encontrar una fisura entre los dos padres y finalmente conseguir su objetivo.
Una de las cosas que más miedo les da a los padres cuando dicen que no a sus hijos es la forma en la que ellos reaccionan; con berrinches, gritando de forma agresiva, pataleando, insultando, etc. Ante esta situación deben mantener la calma e ignorar al niño salvo que corra peligro su integridad física o la de otras personas. Hay que mantenerse igualmente firmes en su negativa ante cualquier acto de sabotaje de sus hijos para conseguir lo que quieren.
Cuando el niño vuelva a la calma, entonces se le volverá a prestar atención, pero cada vez que vuelva a tener esos comportamientos agresivos por la negativa se le debe dejar de hacer caso. El niño comprenderá tarde o temprano que sus padres solo le prestan atención en estados de calma, respeto, y que cuando dicen un "no", es "no".
¿Cómo haces tú para que tus hijos entiendan los límites?
Fuente:
Entre Padres
Publicar un comentario