Hay quienes incluso se desvelan o dedican una gran cantidad de tiempo a mantenerlo en las mejores condiciones posibles, sin escatimar dinero ni esfuerzos.
Se ocupan en extremo, de diferentes maneras:
– Lo mantienen bien equipado
– Averiguan lo último que hay en plaza para colocárselo
– Le cargan buena gasolina
– Comprueban el aceite y el agua con frecuenciaLo limpian o lo mandan a lavar seguido
– Le hacen los chequeos necesarios cuando corresponde
– Están orgullosos de él
Entonces, ¿por qué hay tanta gente que trata de este modo tan especial a su carro, pero no aplica los mismos cuidados cuando se trata de su cuerpo?
Lo equivalente sería:
– No fumar
– No excederse con el alcohol
– No tener sobrepeso
– Evitar la comida chatarra
– Elegir alimentos frescos y nutritivos
– Dormir lo necesario
– Trabajar una cantidad de horas razonable
– Descansar los fines de semana
– Realizar algún ejercicio físico
– Buscar contención emocional/afectiva cuando se requiera
– Salir y disfrutar de actividades interesantes durante el tiempo libre
– Mantener una vida social acorde a los gustos
– Poner límites
Pues bien, si notas que tratas mejor a tu auto (o a cualquier otro objeto externo) que a ti mismo, ¡es hora de que reflexiones sobre ello y tomes medidas! No en desmedro de tu pasatiempo (u obsesión), sino a favor de tu organismo y de todo tu ser.
¡Puedes comenzar hoy mismo, adoptando una sola actitud positiva que sabes que mejorará tu calidad de vida!
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