La sombra, en términos jungianos, es “todo lo que hemos ido rechazando en el curso del desarrollo de nuestra personalidad por no ajustarse al ego ideal“, según expone el analista neoyorquino Edward Whitmont. De niños aprendemos a fabricar una personalidad que haga felices y complazca a nuestros padres, ya que nuestro principal objetivo es lograr su aprobación. Desechamos todo aquello que no les agrada o no se ajusta a sus estándares y lo incorporamos a nuestra sombra. Estos aspectos son partes de nuestra personalidad que están negados, no somos conscientes de ellas, y pueden ser tanto positivas (por ejemplo, una habilidad artística) como negativas (como ser celos por la llegada de un hermanito a la familia).
¿Qué sucede si al ir creciendo le cercenan a una persona el modelo que se va creando de pareja? Lo que hace es enviarlo a su sombra y, en su lugar, lo único que puede hacer es copiar un modelo aprendido (habitualmente, el de los padres). Así como ya están en la sombra muchos de sus ataques de rabia, sus celos o su creatividad, también envía su propia manera de entablar una relación de pareja. Al creársele un vacío, copia otro modelo que ha sido socialmente aceptado, más allá de que funcione bien o no, o que los integrantes del vínculo estén juntos o separados. Este modelo ajeno ya tiene validación externa. Luego actuará siguiendo dicho modelo o actuando en rebeldía.
Cuando con el tiempo desea entablar una relación de pareja, ninguna lo satisface plenamente porque la búsqueda parte de modelos ajenos copiados y no de la necesidad intrínseca de establecer un vínculo a su manera, con sus propios códigos, cualquiera fueran las características. Entonces, crea vínculos que no lo hacen feliz, ya que está desconectado de su propio modelo de pareja: éste está en la sombra. Ignorarla puede convertirla en algo hostil, sacarla a la luz puede significar que se transforme en nuestra aliada y encontrar muchas respuestas que estamos buscando.
Para contactarse nuevamente con el modelo propio de pareja, primero hay que tomar la decisión de adentrarse en la sombra y estar abiertos a lo que podamos descubrir de nosotros. Es necesario tener el deseo de saber quiénes somos realmente y también qué queremos y buscamos en una relación de pareja. La idea es que abras una ventana por la cual se establecerá una conexión sana con tu sombra para que puedas dilucidar tus deseos y necesidades más profundos y decidir, con sinceridad, qué relación de pareja verdaderamente deseas establecer.
Imagínate entrar en contacto con un potencial de energía genuinamente tuyo que te permitirá conocer lo que realmente quieres. Cuando te hayas conectado con esta parte de tu personalidad, ya nada quedará igual: la sombra saldrá a la luz obtendrás información reveladora acerca de ti. Ten por seguro que embarcarte en esta aventura de autoconocimiento profundo te hará un ser humano más completo y feliz.
Fuente:
Mejora Emocional
Publicar un comentario