Que nos toquen la puerta y ahí nos alegremos de que hayan aparecido. Hasta a veces las criticamos y nos quejamos porque son incompletas o no se ajustan exactamente a lo que suponíamos que tenía que acontecer.
Es bastante frecuente que nos quedemos aguardando acontecimientos añorados, y que no hagamos lo suficiente (o nada) para incitar a que nuevas puertas se abran delante de nuestros ojos.
Es cierto que muchas posibilidades se presentan espontáneamente, sin que las hayamos buscado. Incluso nos sorprenden ya que no las imaginábamos, o al menos, no pensábamos que podían suceder en ese momento o de esa forma.
Pero también están los nuevos horizontes que buscamos activamente. Es que quedarnos sentados en nuestras casas lamentándonos de lo que carecemos, por aquello que perdimos o por lo que vemos que disfrutan los demás no nos aportará lo que tanto ansiamos.
Entonces, abramos nuestra mente. Pensemos fuera de nuestro molde tradicional.
Miremos más allá de lo que suele rodearnos. De lo conocido. De las limitaciones impuestas o aprendidas.
Tenemos en nuestras manos el poder de generar nuevas oportunidades. Comienzos. Caminos aún no explorados. Vetas internas por descubrir. Pensamientos creativos. Posibilidades ilimitadas.
¡Hoy es un buen día para poner manos a la obra!
Fuente:
Mejora Emocional
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