Vivimos en un mundo compartido con muchas más personas y ampliar de vez en cuando nuestra mirada más allá de nuestro entorno estrictamente individual, nos llevara a reconocer y a tomar en cuenta la presencia de otros con sus necesidades y derechos.
Cuando tenemos una visión parcial del mundo, todo lo que sucede lo interpretamos desde nuestro punto de vista sin considerar el de los demás y por esta razón nos vamos volviendo egoístas e indolentes, perdiendo así la visión objetiva de una situación que debería tomar en cuenta la necesidad, la opinión y el punto de vista de todas las personas involucradas.
Te invito a vivir atento a tu manera de actuar, a mostrarte dispuesto a corregir tu comportamiento y actitud si descubres en algún momento que estas actuando igual o parecido a aquellos abusadores que te afectan tanto.
Claves para actuar con empatía:
Sé considerado: Tus derechos llegan hasta donde comienzan los de la otra persona. El respeto y la consideración son esenciales para una buena convivencia humana, todo lo que haces por los demás, lo estás haciendo por ti mismo.
Desarrolla la empatía: Nadie hace una cola por gusto, todos tenemos cosas más urgentes que hacer, que pararnos pacientemente a esperar nuestro turno, de modo que no puedes llegar y saltarte la fila por considerar que tu urgencia es mayor que la de los demás. Eso es egoísmo y abuso. Hagamos la diferencia, cada vez hay más personas actuando con conciencia y responsabilidad.
Evita tomar ventaja de otros: Todos hemos visto personas que se aprovechan usando el poder, la posición, o los recursos que tienen para abusar o sacar ventaja de los que están en una situación de desventaja. El que tiene el carro más grande, el que grita más fuerte, el amigo del funcionario, el que tiene más dinero. Tomemos la decisión de actuar de la misma manera como esperamos que lo hagan los otros.
Actuar la diferencia produce resultados positivos y duraderos: Muchos de nosotros, pensamos que la persona que actúa con ventaja y viveza siempre gana, al menos aparentemente; pero en realidad, la vida que es justa, hace que cada persona tenga que asumir las consecuencias de su comportamiento tarde que temprano. ¿No has notado que el que actúa de esa manera siempre es un perdedor a la larga? Porque al final terminan endeudados, perseguidos, fracasados, agobiados, rechazados. El abuso no paga.
Baja la velocidad: Bajemos la velocidad que envuelve nuestros actos cotidianos para que podamos observar y reconocer todo lo que sucede a nuestro alrededor. Cuando vas con tanta prisa, generalmente te llevas por delante a los demás. También es recomendable que aprendamos a vivir en el presente, porque cada vez que nos vamos al pasado o al futuro, perdemos la noción momentánea de lo que está ocurriendo en el momento.
Maytte Sepúlveda
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