Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: Hijos, somos su ejemplo
Author: Jose Luis Duarte
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Todos los padres tenemos una idea preconcebida de cómo van a ser nuestros hijos o de cómo nos gustaría que fueran. A menudo les exigimos que...
Todos los padres tenemos una idea preconcebida de cómo van a ser nuestros hijos o de cómo nos gustaría que fueran. A menudo les exigimos que se comporten como nosotros no hacemos, sin darnos cuenta de que, los padres somos el primer modelo a seguir por nuestros hijos.

Los padres somos el primero y principal modelo a seguir por los hijos. Y hasta que éstos alcanzan cierta edad, ven a los padres como héroes, piensan que son los más fuertes, los mejores y los más guapos, entre otras muchas virtudes. Desde bien pequeños los niños juegan a imitar a los mayores con juegos en los que intercambian roles (a mamás y a papás, a médicos, a dependientes…), así no solo se divierten sino que aprenden valores, conductas… todo lo que necesitan para abrirse al mundo.
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Amor y límites

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Los padres somos el referente emocional de los hijos, mantener un buen clima del hogar beneficiará en gran medida a la educación del niño. El ambiente familiar que goza de armonía, paz, amor, cariño y respeto, consigue que los hijos crezcan seguros de sí mismos y con buena autoestima.

También es importante saber respetar sus derechos, necesidades e intereses, sin llegar a permitir que los niños hagan todo lo que quieran, convirtiéndolos así en verdaderos tiranos. Los niños necesitan el cariño de los padres, pero también unos límites firmes. Sólo así pueden orientarse en su entorno y tener una visión real del mundo, de la sociedad a la que pertenecen.

Ser un ejemplo.
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Si queremos transmitir pautas de comportamiento correctas a los hijos, de modo que actúen responsablemente, debemos ante todo, ser un buen ejemplo.

Hay un conocido anuncio de televisión que promovía la lectura infantil con el eslogan “Si tú lees, ellos leen”, pues bien, ese eslogan se puede aplicar a todo: si tu eres ordenado, tu hijo será ordenado, si tu eres colaborador, tu hijo también lo será, si tu eres correcto, él también lo será… pero también, si tu acostumbras a gritar, tu hijo también gritará, si tu eres descuidado, tu hijo también lo será, si tu no eres puntual, tu hijo tampoco lo será…

Los hijos siempre quieren hacer lo que hacen los padres, quieren agradarles y que éstos los elogien. Por esa razón los niños cuando son pequeños empiezan a copiar a sus padres, dejemos pues que copien y hagamos lo que queremos que ellos hagan y comportémonos como queremos que ellos se comporten.

Los padres han de ser un firme ejemplo. Los padres son el primer y más importante profesor de sus hijos, sus decisiones, reacciones, conversaciones, actuaciones, costumbres, comentarios, hábitos, etc. Los niños aprenden todo de sus padres y también del entorno que les rodea (colegio, amigos, compañeros, familia). Así que lo que tú hagas y como lo hagas en el día a día serán lecciones que tu hijo irá aprendiendo, de forma sutil, sin darse cuenta, pero que al final marcarán su personalidad.

Tu conducta a examen
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Se sincera contigo misma y repasa todas las acciones de un día cualquiera. Cuantas veces has dicho una pequeña mentira para no acudir a una cita, has criticado a tu vecino, te has ido rápido de una tienda en la que te han cobrado de menos, etcétera. Pero en cambio regañas a tu hijo cuando te dice una mentira, cuando se burla de un compañero o engaña a su hermano pequeño. Todos esos comportamientos, falta de sinceridad, respeto, justicia y tolerancia, son defectos que tu hijo va adquiriendo porque los observa en su entorno. Piensa que tus acciones pueden ser mucho más influyentes que tus palabras y actúa en consecuencia.

Es importante hacer un repaso o una lita de todas las cosas que hacemos o decimos y que no quisiéramos que las hiciera o dijera nuestro hijo y definitivamente eliminarlas de nuestra conducta. Los niños nos observan mucho, más de lo que nos damos cuenta, y lo que ven muchas veces no es lo que queremos que vean: tiramos la basura al suelo, vemos la televisión más de la cuenta, dialogamos poco, no compartimos las cosas… Obsérvate a ti misma y actúa como quieres que ellos lo hagan en un futuro. La mejor manera de enseñarles buenos valores es que te vean utilizarlos pues el ejemplo es la mejor escuela.

Fuente:
Club Madres

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