Desde la pequeña comunidad de las Negras o del muelle de San José Manialtepec, parten los paseos hacia la laguna.
Abundan las tichindas, unos pequeños moluscos que viven en las aguas de estos manglares y que forman parte de la cocina de la región, pues son un ingrediente común en caldos, frijoles molidos, chileatoles, ceviches y tamales.
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El brillo que emite el agua se debe a la presencia de organismos llamados dinoflagelados y que se encuentran sobre las plantas y algas marinas de esta laguna que sirven de alimento a estos micro organismos. Al agitar el agua con los remos o al nadar se activa este peculiar brillo.
Además de este paseo se puede ir a Bocabarra, una barrera natural de arena de mar que delimita al Océano Pacífico y a la laguna. La playa se conoce como Puerto Suelo y se puede descansar ahí.
El brillo de la laguna y su cercanía con Puerto Escondido, Oaxaca, tan sólo a 15 minutos, hacen de Manialtepec un paseo que muchos no se quieren perder para admirar una más de las maravillas de México.
Fuente:
México.mx
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