Pero sí mis minutos para vivirle...
No vengo a saltar con usted, pero si, a mostrarle como caminar...
Señor, no tengo nada para darle...
... Nada ...
Salvo, mis grietas, las espinas de mis rosas,
El olor putrefacto de mis lágrimas...
Las trizas esparcidas de mi soy...
De vez en cuando una sonrisa, una caricia...
Y serle hasta morirme en su piel...
Y parirme en sus recuerdos...
Beatriz Fonnegra.
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