Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: ¿Utilizo mis palabras como un arma para herir o para ayudar?
Author: Jose Luis Duarte
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A pesar de que suele ser común y todos en algún momento hemos usado las palabras como arma para herir a otro, este tipo de ataque no recibe ...
A pesar de que suele ser común y todos en algún momento hemos usado las palabras como arma para herir a otro, este tipo de ataque no recibe tanta atención como la agresión física y la sexual. Existen ocasiones en que nuestras palabras pueden llegar a lastimar más que un golpe, por esta razón no podemos darnos el lujo de subestimar la importancia y el poder de nuestras palabras.

El lenguaje que utilizamos puede compararse al bisturí que usa un cirujano. En manos de un profesional experto ese bisturí puede hacer mucho bien, pero en manos de una persona descuidada puede causar un gran daño. Lo mismo sucede con las palabras, ellas pueden ser usadas para apoyar o para destruir.

Una palabra bien pensada puede contribuir a restaurar la confianza y la esperanza de una persona lastimada. Por ejemplo, un esposo podría levantarle el ánimo a su esposa diciéndole: "te agradezco la paciencia que has tenido últimamente, se que he estado muy involucrado en el trabajo y quizá por eso no me he dado cuenta de lo dolida que estás". Por otro lado si le dice "tengo cosas mucho más importantes que estar al pendiente de tu estado de ánimo" lo que provocará en ella será dolor e incluso una herida que puede sangrar por años.

Empleamos las palabras como un arma para herir a nuestra pareja cuando:
  • Insultamos
  • Somos sarcásticos
  • Causamos sentimientos de culpa
  • Subestimamos
  • Criticamos no constructivamente
  • Amenazamos
Con esta conducta podemos llegar a provocar en nuestra pareja un daño mental, ya que las personas que han sido oprimidas con el arma de la palabra al ver que su opinión es constantemente desestimada empiezan a dudar de si mismos. Después de ser tan menospreciados y degradados pierden la confianza y la capacidad de defender lo que creen. También aparece un daño emocional, pues el abuso verbal extremo hace que sus víctimas se sientan pequeñas e impotentes. Y por último también puede aparecer un daño físico, ya que a la larga, lo que afecta el alma tiene un efecto en el cuerpo. No es raro que las personas que han experimentado un abuso verbal extremo presenten síntomas como migrañas, tics nerviosos, problemas gástricos, estrés, etc.

El estar atentos a las palabras que empleo cuando me comunico con los demás, me permitirá llegar a ellos de una manera más efectiva y evitar lastimar a aquéllos que tanto amamos.

Regina Vides
Psicología de Pareja
Licda. Psicología Clínica
Magister en Terapia Familiar y de Pareja (España)

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