Sanando heridas, pavimentando grietas.
Siendo el cuido de mi dejo, mí instante eterno.
Hemos prometido a la promesa no hablar en su nombre,
Y matarnos, engendrarnos, parirnos
Una y mil veces nacernos, para vivirnos.
El recuerdo se olvidará de ser olvido,
Y serán nuestras manos la memoria de las caricias sentidas,
Seremos el somos del mañana anhelado...
Y nos sobraremos, para sernos...
Beatriz Fonnegra
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