compositores, poetas, novelistas o dramaturgos) destruyen algunas
de sus obras maestras. Y es una lástima, porque se dañan a sí
mismos, y también privan a la humanidad de algo grande y hermoso.
El motivo de este acto, es que habían permanecido demasiado
concentrados en sí mismos, en sus dificultades, sus angustias,
sus tormentos. No supieron salir de los límites de su ego para
ponerse en contacto con todo lo bueno y hermoso que hay en los
humanos y en la naturaleza. Sólo esta actitud hubiera podido
protegerles impidiéndoles dirigir su insatisfacción contra su
obra.
Como el artista, un espiritualista puede pasar por períodos de
desánimo, porque anda por un camino difícil, y debe saber
protegerse. ¿Cómo? Admirándose por las obras de Dios, por los
servidores de Dios. Gracias a esta sensación de exaltación, pone
remedio a la postración, incluso al desespero que pueden
inspirarle sus propias imperfecciones."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Publicar un comentario