Cada vez que desafías un patrón adictivo, te fortaleces y le das poder a la divinidad del Alma para que se haga presente en ti, como una fuente natural de energía, tal como respirar. Si, pese a todo, te entregas a tu adicción, es bueno recordar que en realidad y de una manera velada, estás intentando ser amado. Detenerte en el bar, la chocolatería o la tienda son formas equivocadas de decir: “Me amo y siento amor por mi.”
- John-Roger con Paul Kaye
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