Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: 3 pasos para controlar tu ira de Ana Varik
Author: Jose Luis Duarte
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Las personas tratamos de evitar la ira del otro, sin embargo, somos rápidas para provocar la ira en nosotros mismos. Muchos de nosotros tene...
Las personas tratamos de evitar la ira del otro, sin embargo, somos rápidas para provocar la ira en nosotros mismos. Muchos de nosotros tenemos temor de la ira de las demás personas, pero seguimos utilizando nuestra propia ira como método para controlar a nuestros semejantes.

Demos una mirada más profunda a las situaciones que generan nuestra ira y cómo podemos aprender de ella en vez de estar a su merced.

El enojo dentro de nosotros, puede provenir de dos lugares diferentes. La ira de un adulto proviene de lo que se podría llamar “escándalo” si se lo mira desde un aspecto racional. La indignación, es provocada cuando nos enfrentamos ante la injusticia, esta nos moviliza a tomar ciertas medidas cuando el daño se nos hace a nosotros mismos, a los demás o al planeta. Es una emoción positiva, porque nos mueve hacia la acción, por ejemplo detener la violencia, la delincuencia, o limpiar el medio ambiente, etc. Este sentimiento viene desde un lugar de la integridad, el cuidado y la compasión.

La ira en los adolescentes puede provenir desde el lugar del miedo, o sea, desde el temor a equivocarse, a ser rechazados, al abandono, o a ser controlados por otras personas, se sienten frustrados ante esos sentimientos.

Cuando los adolescentes, activan los sentimientos de miedo, es porque no quieren sentirse impotentes, pueden pasar de un estado de tranquilidad a atacar o culpar a la ira como una manera de controlar a una persona o a una situación.

Esa parte de nosotros teme el fracaso, la vergüenza, la humillación, la falta de respeto y la impotencia frente a las malas actitudes de las otras personas y los resultados que esto puede provocar.

Culpar a la ira es siempre un indicio de que no estamos cuidándonos a nosotros mismos, o sea, no tenemos la responsabilidad de nuestros sentimientos y de nuestras necesidades. Culpamos a los demás de nuestros sentimientos, esto es por un intento de intimidar a las personas, a cambio de que se sientan seguras.

La ira provoca problemas en las relaciones personales. A nadie le gusta ser culpado por los sentimientos de otra persona. Nadie quiere ser intimidado a asumir la responsabilidad de las actitudes ajenas. Esto puede generar un sentimiento de culpa o de ira a la resistencia en la otra persona, lo que provocaría una lucha de poder.

La persona que está en el otro extremo, o sea la que es víctima de esa ira, puede tener una actitud de ceder frente a la otra que está enojada, y esto puede traer como consecuencia en la relación un cierto resentimiento entre ambos. Una de las partes aprende a disgusto y la otra que está enojada, tiene un sentimiento de miedo, que no puede controlar o no posee los medios para poder ser más inteligente que la otra parte, por esa razón utiliza la ira como medio de dominación.

Cuando aparece la ira no es saludable volcarla sobre los otros como medio para controlar, aplastar o reprimir a las personas. Una actitud beneficiosa es aprender de ella.

Nuestra ira hacia las otras personas o situaciones vividas, tiene conexión con la responsabilidad personal sobre nuestros sentimientos y necesidades. Dentro del proceso interno, la ira te puede convertir en una víctima frustrada o en victimario por el uso del poder sobre los demás.

El proceso de la ira es una de las maneras de utiliza para liberar el enojo, pero también podemos aprender de ella.

La liberación de la ira solo funciona cuando tu intención es aprender acerca de la causa que está produciendo estos sentimientos de enojo. Si solo deseas usar tu ira para culpar, controlar o justificar tu posición, te quedaras bloqueado en tu propia ira.

Este proceso de tres movimientos cambiara tu ira para pasar de víctima a abrir tu corazón al cambio.

1. Imagina que la persona con la que estas enojado está sentada delante de ti. Deja que tu niño interior que está enojado, herido, le grita a esa persona. Le dice todo lo que quiere reclamar. Libera tu ira, tu dolor y resentimiento, hasta que no tengas más nada que decirle. Puedes gritar, llorar, sacudir una almohada o una toalla.( La razón de esto es para que no lo hagas directamente sobre la persona a la cual quieres descargar tu ira, esto se llama “catarsis”, porque no vale “descargar la ira” sobre el otro, sería una actitud abusiva de tu parte).

2. Ahora pregúntate a quién te recuerda esta persona, si es a alguien de tu pasado (tu padre, madre, abuelo o hermano), puede suceder que estés enojado con tu padre como cuando él se enojaba contigo cuando eras un niño. Deja que tu niño herido le grite a esa persona de tu pasado, con profundidad y energía, como la primera etapa.

3. Por último, regresa con tu mente al presente y deja que tu yo herido, enojado, exprese su rabia, su dolor y el resentimiento hacia el yo adulto por su participación en esa situación o en ese tipo de compartimiento, así podrás comunicar a tus dos partes (tu niño interior herido con tu yo adulto). Esto hará que el problema de origen, tu responsabilidad personal abra la puerta a la exploración de tu propio comportamiento.

Este proceso de la ira hace que baje tu nivel de frustración mientras aprende sobre tu verdadero problema, en lugar de tratar de controlar a otros con tu ira que hace tu situación más difícil.

A partir de hoy, cuando surge tu ira, siempre tendrás la opción de controlarla y de aprender cómo manejarla en tu vida diaria.

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