de aquel viejo calendario,
hoy esparcidas en el sendero
de mi alma,
devolviéndole el brillo
a mis pasos,
Caminaré descalza
entre los adoquines de la niebla
para encontrar el brillo de tu mirada
usurpando horas a las madrugadas
Bailaré sin nostalgias
el vals de un nuevo amanecer
amarrada al sendero
de nuevas esperanzas
Susurraré al viento
que aleje los días
de hojas caducas,
que traiga flores nuevas
al reverso de mi vida
Gritaré al mundo
una nueva sinfonía
de mañanas de terciopelo,
apaciguados los recuerdos
en el baúl caduco
de calles solitarias.
Volveré a vivir
sin hojas perdidas !!
María Glez. Méndez.
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