en el verde del agua,
en los bosques frondosos,
en la hierba mojada.
Busqué tus pupilas,
dos estrellas calladas
que alumbran mis senderos
por dónde quiera que vaya.
Y me encontré con tus ojos,
hermosos como el romero
en todos los sembradíos,
lagunas, ríos y esteros.
María Elena Astorquiza V.
Publicar un comentario