…Podrías vivir en el instante santo para siempre, empezando desde ahora hasta la eternidad, si no fuera por una razón muy sencilla. No empañes la simplicidad de esa razón, pues si lo haces, será únicamente porque prefieres no reconocerla ni abandonarla. La simple razón, llanamente expuesta, es ésta: el instante santo es un momento en el que se recibe y se da perfecta comunicación.
…La condición necesaria para que el instante santo tenga lugar no requiere que no abrigues pensamientos impuros. Pero sí requiere que no abrigues ninguno que desees conservar.
…El instante santo es el reconocimiento de que todas las mentes están en comunicación. Por lo tanto, tu mente no trata de cambiar nada, sino simplemente de aceptarlo todo.
…Renacer es abandonar el pasado y contemplar el presente sin condenación.
…El milagro te permite ver a tu hermano libre de su pasado, y así te permite percibirlo como que ha renacido. Sus errores se encuentran en el pasado, y al percibirlo sin ellos lo liberas.
Aprende de este instante algo más que el simple hecho de que el infierno no existe. En este instante redentor reside el Cielo.
…Cada instante es un nacimiento inmaculado y puro en el que el Hijo de Dios emerge del pasado al presente. Y el presente se extiende eternamente. Es tan bello, puro e inocente, que en él sólo hay felicidad. En el presente no se recuerda la obscuridad, y lo único que existe es la inmortalidad y la dicha.
¿Quieres saber cuán perfecto e inmaculado es el santo altar en el que tu Padre se ha ubicado a Sí Mismo? Te darás cuenta de esto en el instante santo, en el que gustosamente y de buena voluntad renuncias a todo plan que no sea el Suyo. Pues en el instante santo se encuentra la paz, perfectamente diáfana porque has estado dispuesto a satisfacer sus condiciones. Puedes reclamar el instante santo en cualquier momento y lugar en que lo desees. En tu práctica, procura abandonar cualquier plan que hayas aceptado a fin de encontrar grandeza en la pequeñez. No se encuentra ahí.
Desconozco a su autor
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