de aquella guitarra desafinada,
suspirando por la memoria perdida
Bailaré el vals de las plumas,
desgranadas entre amaneceres,
en la soledad de la primavera
Cantaré el adiós de sinfonías,
derramadas entre corazones
amortajados por sus silencios
Entonaré el " mea culpa ",
sin el saber de las noches
de insomnio,
entre baldosas vacías.
Rasgaré las sábanas
que suspiran tu nombre
en el frío de la noche
Romperé los lazos
que atan mi cordura
a la locura de tus días
Viviré,
el hoy sin mañana,
el sol sin esperanza,
la soledad en la penumbra,
el silencio en agonía
Simplemente
... moriré en vida
María Glez. Méndez
Publicar un comentario