Sabes que prefiero compartirme contigo,
Caminar hombro a hombro a tu lado,
Y llamarnos nuestros, en el silencio de todos... De ninguno.
Te entrego mi nada... Mis bolsillos rotos, mis esperanzas muertas...
Mis poros agonizantes y mis días grises...
¡Sí!, no tengo nada para ofrecerte...
Soy perfectamente imperfecta, un manojo de inciertos,
Una nube de nostalgias y de recuerdos sin memorias...
Pero, usted Señor...
De repente sanó mis dejos, y abrió mis jaulas
Para sernos libres de otros... Y, hoy, Somos.
Y te quedas en mi infierno,
Cuando todos sólo quieren mi cielo...
Por eso te amo...
Por todo... Por nada.
Beatriz Fonnegra.
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