y el viento que corre sin prisa
las encierra en su loca carrera,
en el frío espiral de su aliento.
Caen las hojas resecas
llevando al otoño con ellas,
los árboles acallan sus quejas
y desnudos se visten de invierno.
Caen las hojas y mueren de rojo
como labios que imploran un beso,
ya renacerán en primavera
vistiendo el verde de tus ojos.
María Elena Astorquiza V.
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