revientan en las orillas,
sobre la arena o las rocas,
a veces son tan ansiosas
que vienen en seguidillas
rompiéndose en alta mar
como en los días de lluvia,
sobre la tierra las gotas.
Algunas se rompen solas
embrujadas por la luna,
desafiando a las mareas
o si el viento las arroja
mojadas de sal y espuma
a unas sobre las otras,
como tú meciendo mi cuna,
como tu beso moja mi boca.
María Elena Astorquiza V.
Publicar un comentario